Somos jóvenes, eso es lo que nos dice el espejo todos los días. Hemos aprendido a querernos, a gustarnos, a cuidarnos… nunca en toda la Historia de la Humanidad una mujer de 40 años ha estado física y emocionalmente como lo está en nuestro incipiente siglo.
Sin embargo, en nuestro rejuvenecimiento externo e interno no nos ha querido acompañar nuestra fertilidad, que es la misma desde que el mundo es mundo, o quizás menor, porque nuestro ritmo de vida, los contaminantes atmosféricos, los hábitos como el alcohol, el tabaco, o la comida rápida… se han encargado de reducir la tasa de fertilidad e incrementar la de abortos. Y lo que es peor nadie nos ha hablado de la caducidad de nuestra reserva ovárica
También nuestras ganas de ser mujer antes que madre, de estudiar aquello que tanto nos motiva y con lo que soñamos ejercer profesionalmente, encontrar ese trabajo o montar nuestra empresa, desarrollarnos en el ámbito laboral, tener estabilidad económica y vivir. Es decir, disfrutar del ocio, los amigos y los viajes han hecho que lleguemos a esos 40 años creyendo que ser madres no sería tan difícil. Además, prácticamente toda nuestra vida nos han estado aleccionando con el “no te quedes embarazada ahora que eres joven porque anularás tu vida”.
Sí, es cierto que nos han hablado mucho de cómo no quedarnos embarazadas, y muy poco de cómo hacerlo… porque todas hemos oído lo fácil que es quedarse embarazada. Antiguamente, cuando una mujer tenía su periodo incluso se decía eso de “ahora ten cuidado con los hombres”, lo que hacía que nuestras mentes entendiesen que con tan solo el acercamiento podría ocurrir, lo que es sinónimo de facilidad para embarazarse.
Y nada de nada sobre fertilidad o infertilidad, ni sobre reserva ovárica ni su caducidad, ni sobre afecciones venéreas y sus consecuencias, ni sobre enfermedades como la endometriosis, los ovarios poliquísticos, etc. Aún hoy en día, en la medicina general nos podemos encontrar con algunos especialistas que nos dicen eso de “mujer aún eres joven para poder ser madre, cuando acabamos de cumplir 37, 38, 39…” Mucho menos, desde la medicina general, hay un apoyo a esos sencillos estudios que nos permiten estar informadas sobre nuestra situación en lo que a fertilidad o la caducidad de la reserva ovárica se refiere. Quizás por eso de que la infertilidad se sigue sin considerar una enfermedad y si se la considera, tiende a infravalorarse.
Luego están los medios de comunicación que a diario asisten a testimonios de mujeres que hablan de sus embarazos más allá de los 40 y de los 45 sin añadir nada más, (y están en su derecho) pero debería decirse que, en un porcentaje importante, ya no son con sus propios óvulos.
Y en esto tenemos que dar gracias a la ciencia que nos permite ser madres más allá de nuestra fertilidad (que no es hasta que termina nuestro periodo y empieza la menopausia) y que hacen que esto sea posible como en las clínicas IVI, bien gracias a la ovodonación y la donación de embriones.
Dos tratamientos que no solo alcanzan el 60 por ciento de nuestras posibilidades, sino que influye de forma determinante en el riesgo de complicaciones durante el embarazo, los abortos repetitivos y las malformaciones, porque más allá de los 40 no sólo nos quedamos sin óvulos (cada mujer nace con un número determinado de ellos y en cada menstruación nos despedimos de unos cuantos), sino que la calidad de los mismos se ve afectada también.
Es importante, por lo que vemos, estar informadas y para ello no hay otra que solicitar una revisión a partir de los 30 años si estamos pensando en ser madres. Clínicas como IVI cuentan con este tipo de revisiones que en su caso denominan Pack Diagnóstico. Incluye las pruebas necesarias para tener un estudio sobre nuestra fertilidad además de asesoramiento reproductivo personalizado para cada una de nosotras. Estas pruebas están valoradas en unos 480€ pero ahora está disponibles por solo 90€ que se descuentan si posteriormente se inicia el tratamiento de reproducción.
¿Qué pruebas son estas? una primera visita médica, exploración ginecológica, la conocida prueba de la antimülleriana que sirve para determinar nuestra reserva ovárica, es decir la cantidad de ovocitos que nos pueden quedar, una ecografía 3D y una nueva consulta para darnos los resultados. Las pruebas necesarias para estar informadas y poder tomar una decisión. Pide cita aquí.