Los especialistas en reproducción asistida enfrentan diariamente la noble tarea de guiar a mujeres valientes a través de uno de los viajes más personales y desafiantes de sus vidas: la búsqueda de la maternidad. Una decisión particularmente difícil surge cuando, después de varios ciclos de FIV sin éxito, debemos considerar la posibilidad de la ovodonación. En este artículo, exploraremos cómo y cuándo se toma esta decisiva elección, enfocándonos en la importancia de un diagnóstico médico preciso, y por qué, en algunos casos, la ovodonación no solo es una opción, sino un nuevo comienzo lleno de esperanza.
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La Realidad de la FIV
La FIV es a menudo la primera línea de tratamiento para muchas mujeres o parejas que enfrentan problemas de fertilidad. Sin embargo, su éxito depende de varios factores, incluyendo la edad de la mujer y la calidad de sus óvulos. A medida que avanza la edad de la mujer, la calidad y la cantidad de sus óvulos disminuyen, lo que puede resultar en ciclos de FIV fallidos.
Para las pacientes, es un momento de profunda reflexión, donde la esperanza se entrelaza con el miedo, y el deseo de ser madre a veces requiere renunciar a un vínculo genético con su futuro hijo. “En este delicado cruce, mi papel es brindar no solo conocimientos médicos sino también un apoyo empático, comprendiendo que cada mujer es única en su camino hacia la maternidad”.
Determinación de la Reserva Ovárica: Evaluaciones Cruciales
Una etapa clave en el viaje de reproducción asistida es la evaluación de la reserva ovárica. En mujeres con baja reserva ovárica o mala calidad ovocitaria, los ciclos de FIV pueden no resultar exitosos. En las clínicas de reproducción asistida se realizan una serie de exámenes para determinar la cantidad y calidad de los óvulos disponibles en los ovarios de una mujer. Estos exámenes son fundamentales para guiar las decisiones de tratamiento, incluyendo la transición de FIV a ovodonación.
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- Hormona Antimülleriana (AMH): Este análisis de sangre mide los niveles de la hormona antimülleriana, que proporciona una indicación de la cantidad de óvulos restantes en los ovarios. Los niveles bajos de AMH pueden indicar una reserva ovárica reducida.
- Conteo de Folículos Antrales (AFC): Mediante una ecografía transvaginal, contamos el número de folículos antrales presentes en los ovarios al inicio del ciclo menstrual. Este conteo ofrece una estimación directa de la reserva ovárica.
- Hormonas FSH y Estradiol: La medición de la hormona folículo estimulante (FSH) y el estradiol en el tercer día del ciclo menstrual puede proporcionar información adicional sobre la función ovárica. Niveles elevados de FSH o niveles anormalmente bajos o altos de estradiol pueden ser indicativos de una disminución en la reserva ovárica.
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Estas pruebas, combinadas con la evaluación clínica de factores como la edad de la mujer y su historial médico y reproductivo permiten a los especialistas brindar una asesoría personalizada y precisa. Entender la reserva ovárica es crucial no solo para determinar la probabilidad de éxito con la FIV, sino también para identificar a aquellas mujeres para quienes la ovodonación podría ser el camino más prometedor hacia la maternidad. “Si los resultados sugieren una baja probabilidad de éxito, es nuestro deber, como especialistas, presentar alternativas,” añaden los expertos.
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La Elección de la Ovodonación
La ovodonación se convierte en una opción viable cuando la propia reserva ovocitaria de la mujer no ofrece una posibilidad realista de embarazo. La ovodonación no solo aumenta las tasas de éxito del embarazo en casos de mala calidad ovocitaria, sino que también permite a las mujeres experimentar el embarazo y el parto. Además, la tecnología y los métodos de selección de donantes aseguran la compatibilidad y la salud de los óvulos donados.
Especialistas en infertilidad comentan: “Esta elección no es fácil. Implica renunciar a la conexión genética con el futuro hijo, un paso significativo que requiere consideración y apoyo emocional. Es lo que llamamos en nuestro mundo, “el duelo genético”.
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El Viaje Emocional hacia la ovodonación
Así, la decisión de pasar de la FIV a la ovodonación es tanto médica como emocional. Para algunas mujeres, representa la aceptación de una realidad biológica y el inicio de un nuevo camino hacia la maternidad. La perspectiva de ser madre sigue siendo el núcleo de este viaje, pero el camino hacia ese objetivo puede tomar una dirección diferente. Otras mujeres nunca llegarán a aceptar ese camino para ser madres, y es igual de respetable. Sea cual sea, la decisión que toma una mujer para ella misma es la correcta.