Durante el pasado mes de junio se han dado dos citas importantes. Por un lado, el 28 de junio se celebró el Día Internacional del Orgullo LGTBI, colectivo que cada vez más recurre a la reproducción asistida para ser padres, y por otro, como años anteriores, se conmemoró el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad.
Dos fechas que confluyen cuando una pareja de mujeres desea tener un hijo, para lo que existen distintas técnicas de reproducción asistida como el método ROPA o la inseminación artificial que les ayudan en este camino.
Y es que, desde que se aprobara el matrimonio homosexual en 2005, según datos del Instituto Nacional de Estadística, ya son más de 20.000 parejas de mujeres las que han decido formalizar su relación y crear una familia.
Una de las técnicas que les facilita la realización del sueño de ser madres es el denominado método ROPA, por las siglas Recepción de Óvulos de la Pareja, que ha aumentado en un 22% en el último año,según datos de las clínicas de fertilidad.
“Esta técnica consiste en fecundar los óvulos de una de las mujeres de la pareja e implantarlos en el útero de la otra tras ser fecundados gracias al semen de un donante”.
Gracias al método ROPA ambas pueden sentirse partícipes en la concepción de su futuro hijo.
En este caso, es una de ellas la que se somete a la estimulación ovárica y aporta sus ovocitos, y la otra la que recibe en su útero los embriones resultantes tras la fecundación de estos con semen de donante.
Así, ambas mujeres participan activamente en el proceso como madres biológicas: la primera como madre genética y la segunda como madre gestante que, aunque no traspasa su ADN al bebé, sí puede influir el desarrollo de este.
Además, otra opción de tratamiento de reproducción asistida al que se recurre cuando una pareja de lesbianas o una mujer soltera acuden a una clínica, es la inseminación artificial (IA) con ovulación natural, que se lleva a cabo como en cualquier otra mujer, con la diferencia de que se tendrá que recurrir a la utilización de muestras anónimas del banco de semen.
Y en el caso de que disponga de una baja reserva ovárica o que esta sea de baja calidad, también se puede recurrir a una doble donación, tanto de óvulos como de esperma. Por ello, antes de tomar cualquier decisión es muy importante conocer a tiempo la capacidad reproductiva.
“Por encima de los 35 años es más complicado conseguir una gestación con óvulos propios, aunque es un grupo de edad con posibilidades importantes de conseguirlo”, confirma la doctora Verdú.
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