La epigenética y el parecido entre madres e hijos
La madre tiene un papel clave más allá de los genes. El ambiente intrauterino es fundamental para el buen desarrollo del embrión. Las moléculas secretadas por la madre pueden influir en la apariencia del futuro hijo, tanto física como psíquicamente.
Por tanto, las mujeres que tienen hijos gracias a óvulos de donante modelan el ADN embrionario, poniendo una significativa parte de sí misma en cómo será su futuro hijo.
La donación de óvulos y la embriodonación son tratamientos muy habituales en mujeres de más de 40 años, que consiguen la ansiada maternidad gracias a los óvulos de una donante joven anónima, que pueden fecundarse con semen de la pareja, o con el de un donante.
¿Cómo asumir el duelo genético?
Una de las mejores formas de superar el duelo genético de una ovodonación o embriodonación es comprender la vinculación que se establece entre la madre y el embrión antes de la implantación y durante el desarrollo del embarazo.
Leer también: “No tendría problemas en conocer a los niños que nacieron gracias a mis óvulos”
Esta comunicación hace referencia al poder de la epigenética, una intensa vinculación que existe tanto en las gestaciones con gametos propios como en las de óvulos donados.
“Necesitar los óvulos de una donante para formar una familia supone un serio planteamiento. Genera ansiedad, desconfianza y frustración“, asegura el doctor José López Gálvez, director de la Unidad de Reproducción Vistahermosa.
“Nuestro compromiso empieza transmitiendo empatía, seguridad y confianza en el proceso. “Asumir que hay que renunciar a la herencia genética lleva su tiempo y no todas las parejas, ni todas las personas, consiguen hacerlo. Pero nuestra experiencia es que este momento difícil se supera con gran facilidad cuando se logra el ansiado embarazo. Es indescriptible la insuperable felicidad que transmiten nuestras pacientes cuando tienen a su bebé en brazos”, continúan afirmando especialistas del grupo UR internacional
Leer también: “Ser madre soltera por inseminación casera”
Los especialistas de la Unidad de Reproducción Vistahermosa recomiendan a estas pacientes que deben centrarse en el objetivo final: conseguir el deseado embarazo.
Según afirma el doctor López Gálvez “durante los meses de gestación, el futuro bebé se alimenta con la placenta de la madre, en contacto permanente con su útero, por lo que lleva su sangre, su epigenética. Los niños imitan los gestos, la forma de andar, de moverse, de expresarse, lo que les hace parecidos a los padres”.
Leer también: “Epigenética, la palabra que explica como somos”
Epigenética, mas allá de la genética
El descubrimiento de la epigenética ayuda a tirar abajo esas barreras emocionales que muchas mujeres y parejas experimentan cuando se ven obligadas a recurrir a un tratamiento de ovodonación.
La epigenética es la ciencia que estudia las modificaciones que se dan en la expresión genética, que no obedecen a una alteración del ADN y que son heredables.
Lee su testimonio: Madre por ovodonación y sin príncipe azul
Aunque la secuencia genética como tal no sufre alteraciones, durante los nueve meses de embarazo la madre gestante es capaz de modular la expresión genética de su futuro hijo.
Este intercambio que se da entre el endometrio y el embrión explica por qué muchos bebés nacidos gracias a la ovodonación/embriodonación se parecen a sus madres.
¿Qué provoca la modificación de expresión genética?
Durante el periodo de implantación del embrión en el endometrio, la madre segrega al liquido endometrial diferentes lípidos y proteínas para nutrir al embrión, además de pequeñas moléculas de ácido ribonucleico (ARN) mensajero que se unen a cada una de las partes del ácido ribonucleico del embrión, lo que produce cambios en su transcripción genética.
Leer también: “Lucía y el cofre mágico de la familia”, un cuento infantil para niños nacidos por ovodonación
Esta circunstancia demuestra que, en un tratamiento de ovodonación, la vinculación entre madre e hijo es intensa, no sólo emocional, sino también celular, ya que el futuro bebé portará en su código genético expresiones transmitidas por la madre.
De manera que las mujeres que consiguen el embarazo con un tratamiento de ovodonación tienen una decisiva implicación en el desarrollo genético de su hijo ya que, si el embrión se desarrollara en otro útero, sería completamente diferente.
Fenomatch garantiza el parecido físico
La Unidad de Reproducción Vistahermosa es pionera en incorporar la plataforma Fenomacht para realizar un matching facial, poniendo a disposición de sus pacientes esta innovadora tecnología que ayuda a su equipo a encontrar a la mejor donante posible, aplicando la novedosa tecnología biométrica para determinar el parecido de una persona con otra fijando puntos faciales y midiendo distancias.
Leer también: “Donantes: ¿cómo se evitan las enfermedades genéticas hereditarias?”
Mediante avanzados algoritmos Big Data que convierten una imagen facial en una fórmula matemática, se representan más de 100.000 distancias nodales de la cara de la persona. El resultado es una impresión precisa de datos faciales que no cambian con la edad ni con el aumento o pérdida de peso del individuo.
“Fenomatch proporciona confianza a nuestras pacientes, consiguiendo reducir el estrés de los futuros padres y optimizar el proceso de selección de la donante, encontrando características fenotípicas coincidentes con la madre, genéticamente compatibles y con mayor parecido facial. Así se aumentan las posibilidades de que el hijo se parezca más a su madre”, asegura el director de la UR Vistahermosa.