Reproducción Asistida: Primer Intento.
Nos lo pensamos mucho cuando decidimos recurrir a la reproducción asistida para tener familia, cuando acudimos a nuestro primer tratamiento. Dudamos mucho. Nos cuestionamos por qué y en qué momento comenzó todo, por qué para nosotras no ha sido tan fácil.
Recordamos a todas aquellas que no quisieron embarazarse y se embarazaron, de las que decidieron no traerlos al mundo, quién sabe si en algún momento nosotras mismas decidimos no seguir adelante con aquel embarazo y ahora nos encontramos en éstas…
Rosa Maestro @rmaestrom @Masola_Org
El primer tratamiento de fertilidad
Pero llega el día X, el del primer tratamiento… después de tantas charlas informativas, de leer tantísimo en Internet, de seguir las conversaciones de perfectas desconocidas en foros, grupos, encuentros… de compararnos con unas y otras. Y de identificarnos con aquellas que “lo consiguieron a la primera”.
Será por eso de que hemos retrasado un poco esto de ser madre, pero seguro que con un poco de ayuda, un poco de estimulación el sueño se cumple.
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Igual fue el tabaco, las copitas nocturnas, esa ansiedad por tantos días de trabajo sin final. Estamos seguras de que lo hemos deseado tanto durante este tiempo atrás que nosotras solas nos lo hemos negado a nosotras mismas.
Culpables de no poder gestar
Es nuestro día, uno de los más importantes. Hasta nos pedimos vacaciones en la empresa para ayudar a que agarre, a que se implante…
…porque para esto de la reproducción asistida no existen ni las bajas ni los permisos médicos si vas por la sanidad privada.
Y muchas mujeres tampoco queremos que en la empresa se sepa dónde estamos y en qué, así que como siempre, tiramos de vacaciones, de nuestro sacrificio personal, fruto de ese sentimiento de culpabilidad que tan a bien tuvieron en inculcarnos en épocas pasadas.
Ya ahí que estamos…arregladas, emocionadas, ilusionadas…. Y nos dejamos llevar…
Salimos de la clínica seguras de que ya estamos embarazadas, de que nuestro pequeño o nuestra pequeña salió también con nosotras.
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Llamamos a nuestro entorno más cercano. “Ya está”, “Preparaos que en nada viene uno más”. Y hasta nos atrevemos a mirar ropa de bebé en los escaparates-
Es nuestro primer intento y esperamos tranquilas y dejamos de leer y de seguir a otras.
Solo de vez en cuando interactuamos para hablar de los síntomas que tenemos, porque tenemos todos los que dicen son propios de un embarazo inminente.
La beta negativa
Hasta parece que el vientre nos haya crecido en tan solo unos días.
Nos compramos un predictor y otro, y otro porque no podemos esperar al día de la beta. Queremos ya comprar ese trajecito tan mono que hemos visto.
Y llega el día de la beta. Y de pronto sentimos que el Mundo entero se hunde ante nuestros pies… Ese NO es la única sílaba que no esperábamos oír.
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No queremos hacer nada, no queremos ir a trabajar, no queremos ver a nadie, no queremos salir… solo queremos estar solas, con nuestras lágrimas, con nuestro deseo truncado… metidas en cama, sin querer oír ni leer nada que tenga que ver con un bebé.
Será difícil por no decir imposible volver a creer tan fácilmente en el SI. Empieza una parte de nuestra historia de amor y deseo, la más dura, la más difícil, la más larga, la más desesperante…
Nuevos tratamientos de fertilidad
Sabemos que ha empezado hoy, pero no qué día terminará… Nuevos intentos, tiempos de espera, tiempos de ahorro, tiempos de desesperación, tiempos de enfado, tiempos de rabia, tiempos de dolor.
Puede que al siguiente o puede que sean años. No sabemos y todas esas historias que hemos oído y leído en las redes, en los grupos, en los encuentros, en los artículos… todas vienen a nosotras. Ahora sí nos identificamos con todas porque no sabemos cuán parecida a una de ellas será la nuestra.
Nadie dijo que fuese fácil. A unas la vida nos responde negativamente por un lado y a otras por otras. Nadie está libre de que sus proyectos, sus deseos no sean tan inmediatos como se piensan.
Ánimo, es lo que queda por delante… Y recuperar la ilusión, porque el arte de la paciencia hace que los milagros lleguen, como el de la perseverancia…
E intentar con nuevos proyectos, y con una vida lo más activa posible que consiga que esa primera ilusión se mantenga en cada uno de nuestros nuevos intentos.
Sabemos cuando empieza, no cuando termina. Y eso es así.
Para unas antes, para otras más tarde. Y para otras terminará con un nuevo proyecto tan intenso y maravilloso como puede ser la maternidad.
De cómo pienses dependerá como te sientas.