Inseminación natural: ¿qué es la inseminación natural? ¿Puede ser natural si se hace en un centro de reproducción asistida?
En las clínicas están convencidos que sí, que es el tratamiento de reproducción más natural posible. Vendría a ser un alternativa al coito programado o a la inseminación artificial, pero sin coito y sin medicación, sin hormonación ni estimulación ovárica.
No es un tratamiento de reproducción asistida recomendable para todo tipo de mujeres, pero es una buen alternativa – más sencilla, menos agresiva y más económica – para mujeres menores de 38 años y sin patologías reproductivas.
“Entendemos que las mujeres solteras que acuden a la reproducción asistida son mujeres cuyo único impedimento hacia el embarazo, a priori, es el acceso a un banco de semen. No son mujeres con un problema de fertilidad, y no tiene ningún sentido iniciar de inmediato una hormonación si no lo necesitan” explica la doctora Katharina Spies, directora médica de Vida Fertility
Cómo se hace la inseminación natural
Se sigue el mismo protocolo que en una inseminación artificial pero sin estimular los ovarios de la mujer que desea quedarse embarazada. No recibe ningún tipo de hormonación.
Tras la menstruación, el ginecólogo sigue el ciclo natural y observa la creación de los folículos en el ovario. En el momento que éstos están maduros, se programa la inseminación con semen de donante anónimo procedente de un banco de semen, con todas las garantías de la ley.
El día de la inseminación, se procede a colocar la cánula en el útero – lo más cerca posible de las trompas de falopio- para favorecer al máximo la concepción. Al cabo de 15 días, como en cualquier otro tratamiento de fertilidad, se realiza una analítica de sangre para descubrir si la mujer se ha quedado embarazada.
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Inseminación natural versus inseminación casera
La inseminación natural es la alternativa más segura a la inseminación casera
Aunque en el Registro Civil, como madre soltera o pareja de mujeres, no tienes que demostrar cómo te has quedado embarazada, con la documentación del centro de reproducción asistida, tienes la garantía que nunca nadie podrá reclamar la paternidad de tu bebé.
En el caso de parejas de mujeres, la madre no gestante figurará como madre, pero el “donante no anónimo” siempre podrá reclamar la paternidad, pese a los últimos cambios en la normativa del registro civil para parejas lesbianas.
Tampoco os servirá utilizar semen de un amigo, y que éste renuncie a la patria potestad, ni siquiera mediante notario. En España, un padre no puede renunciar a la patria potestad, es un derecho inherente del hijo/a.
A nivel médico: Hay más garantías sanitarias , mayor seguridad y eficacia.
Mediante la inseminación natural, el ginecólogo calcula con precisión el momento de la ovulación y la evolución de los folículos, para decidir cuando es el momento óptimo para su fecundación.
La gran diferencia respecto al semen que puedes comprar por internet es que en el laboratorio, las biólogas proceden a limpiar la muestra de semen del líquido anticongelante y a comprobar la calidad del mismo.
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Otra prueba a la que someten a la muestra de semen es el Test de Portadores de Enfermedades Genéticas, algo optativo que también puede realizar mediante una simple analítica de sangre la mujer que se embarace, para minimizar el riesgo de transmisión de enfermedades genéticas al bebé.
En el momento de la inseminación, mediante una ecografía, el ginecólogo coloca la cánula con el semen en el útero de la futura embarazada, y no en la vagina, tal como se hace en una inseminación casera. Aumentando así las probabilidades de un embarazo.
En el caso de parejas de mujeres, el ginecólogo les cede su protagonismo y se retira para que la mujer no gestante proceda a introducir el semen, como si se tratase de una inseminación casera, pero con todas las garantías sanitarias de un entorno más aséptico.