Madre soltera por inseminación natural. A mediados de enero, Raquel dará a luz a su primer bebé. Es una futura madre soltera por inseminación natural, algo que no sabía que existía cuando acudió por primera vez a un centro de reproducción asistida.
“Fui a varios centros y todos me decían lo mismo, que tenía que hormonarme. Estuve a punto incluso de hacerme una Histerosalpingografía pero en el último momento, cuando leí las contraindicaciones de la prueba me planté”, explica Raquel. No entendía porqué se tenía que hacer una prueba de infertilidad si en principio no tenía un problema de fertilidad y ni siquiera había hecho un primer intento.
Descartó desde el inicio una inseminación casera. Como muchas otras mujeres solteras, acudió a un centro de reproducción asistida para tener acceso a un banco de esperma. “Es algo que nunca haría. Quiero las garantías de un centro de reproducción asistida. Y tampoco le pediría ayuda a un amigo. No quiero un padre, necesito espermatozoides. Si quisiera un padre para mi hijo, lo buscaría de otra manera”, nos dice Raquel.
Con 37 años, tenía muy claro que, si no era necesario, no quería someter a su cuerpo a un medicación de estimulación ovárica. “Y cuando ya estaba a punto de tirar la toalla, una amiga me habló de la inseminación natural.”
Cómo es la inseminación natural
La inseminación natural es el tratamiento de reproducción asistida menos medicalizado. Se realiza sin hormonas para la estimulación ovárica. Se sigue el ciclo natural de ovulación mediante varias ecografías, en el momento que el ginecólogo observa que el folículo está a punto, se programa la inseminación con semen de donante anónimo.
A diferencia de la inseminación casera, en la inseminación natural los biólogos limpian de anticongelantes la muestra de semen y comprueban su calidad. Posteriormente, mediante una ecografía, el ginecólogo deposita la muestra directamente en el útero, aumentando así probabilidad de embarazo que si lo hiciese – como es el caso de la inseminación casera – en la vagina.
Positivo en el primer intento inseminación natural
Raquel se quedó embarazada en el primer intento: “Se lo dije al doctor, me quedaré embarazada a la primera y me dijo, es bueno que pienses así”. La inseminación natural tiene una tasa de éxito del 30% acumulado en mujeres que no presentan patologías reproductivas, como es el caso de Raquel.
No tenia ovarios poliquísticos, ni las trompas obstruídas, y en sus analíticas tan solo observaron un ligero hipotiroidismo, que se reguló en 3 semanas, antes de iniciar el tratamiento de reproducción asistida. “ En los otros centros, ni siquiera vieron esta alteración, otra razón más por la que estoy tan contenta con el doctor que me atendió y su equipo médico”.
