Madres solteras por elección No tengo papá. Muchos de nuestros hijos crecen conscientes de su modelo de familia, si así se lo hacemos ver y sentir. No hace casi falta hablar de la “no figura paterna” en casa si desde muy pequeños hablamos y contamos o bien a través de historias que nosotras mismas inventamos, cuentos que ya han sido publicados y que nos pueden servir de ayuda o a través de nuestra interrelación con modelos de familia diversos.
Desde muy pequeños son conscientes de que su modelo familiar es monoparental, o mejor dicho monomarental, y de que hay tantos tipos de familias como personas somos.
Rosa Maestro @rmaestrom @Masola_Org
Sin embargo, es obvio para nosotras y para ellos que el modelo de familia biparental y compuesto por hombre y mujer es mayoritario.
Crecen y se educan con niños que tienen papá y mamá… niños de familias que han pasado por procesos de separación y que nuevamente recomponen sus familias con un nuevo papá o una nueva mamá… incluso podríamos decir que muchos de ellos pasan a tener dos papás y dos mamás, aunque no ejerzan 24 horas o no en todos los ámbitos de la vida familiar.
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Aún conscientes de su modelo familiar es probable y lógico que sus fantasías jueguen con la figura paterna.
Mi hija, por ejemplo, hubo un tiempo en que dado que un vecino la llevaba durante un tiempo al colegio por la mañana junto a sus hijos, decidió en aquel momento, con tres años y cuatro, contarle a sus compañeros de colegio que su vecino era su papá.
Otros puede que deseen que sus madres se casen o tengan novios para que ejerzan de padres, algunos de ellos preguntarán si algún día tendrán papá – yo siempre he sido partidaria de contarles que mamá puede tener amigos o novios, pero que eso no significa que ellos vayan a ser sus papás – y en un elevado porcentaje preguntarán si pueden conocer al donante, a quien asimilarán como un padre que desapareció o como en el caso de los niños adoptados, que les abandonó y quizá puedan dar un día con él. Otros, es probable que no se cuestión nada…
La fantasía de los niños es infinita y la composición que pueden hacer de su familia tan infinita como su fantasía. Yo soy de las que prefiero dejarles jugar con ella, al igual que creen que Peter Pan nunca creció y se quedó en niño o que los Reyes Magos existen…
Yo dejé que mi hija jugase con su fantasía, pero no sin matizar la diferencia entre fantasía y realidad, y que viniese un día con siete años a decirme que cuando fuese mayor, un día iría a uno de esos programas de televisión a que buscasen a su papá al igual que un niño adoptado que ella vio un día, sin darle gran importancia.
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Otra cosa es dejarles jugar con su fantasía sin contarles la verdad. La verdad no tiene por qué ser frustrante ni dolorosa, simplemente es la verdad.
Y así mientras me contaba que iba a buscar a su papá de mayor o que le había contado a sus amigos que el vecino era su papá….yo siempre le decía… !qué divertido, cariño”!, pero tú sabes que en nuestra familia no hay papá, que nunca va a haber un papá, porque no existe, que tú estás conmigo gracias a un señor muy generoso que nos donó su semillita para que mamá te tuviese y formase esta hermosa familia…que hay muchas formas de tener una familia; dos mamas, dos papás, un papá y una mamá, con los abuelitos, solo una mamá…
Y cada familia es única y maravillosa. Yo no querría otra familia si estoy tan contenta con esta… ¿Y tú?
Poco a poco la fantasía deja paso a la vida, a la realidad… que no tiene porque ser peor que la fantasía…Y ellos encuentran su sitio si se sienten seguros en su familia, si nosotras nos mostramos orgullosas de ellos y de nuestras familias, si nos mostramos contentas con nuestra opción de vida, si nosotras no nos sentimos diferentes por haber creado un modelo de familia y no otro.
Se sienten seguros si les enseñamos a amar lo que tienen y no perder el tiempo deseando lo que tienen otros. Se sienten felices si les hacemos sentirse felices… Y se sentirán diversos e iguales si les enseñamos a quererse a sí mismos y a sí mismas antes que querer a otros.
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Cuando la vida se vive con naturalidad, y nuestros deseos, expectativas, proyectos, esperanzas, se trasmiten de forma natural, nuestros hijos los verán tan válidos como los de cualquier otra persona y se sentirán libres ellos de elegir su forma de vida y de sentir de acuerdo a sus sentimientos y no al de los demás. Entenderán que ninguna que ninguna opción de vida, y por tanto ninguna opción de familia, está por encima de otra.
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