Hace once años y tras terminar una breve relación, me fui de viaje y en el camino tome la decisión más importante de mi vida: iba a intentar tener un hijo yo sola.
Había tenido varias relaciones y pensaba formar una familia digámosle “clásica” de pareja heterosexual con hijos.
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Nunca había imaginado que si no aparecía el hombre ideal para crear mi familia, me atrevería a hacerlo yo sola, pero en aquel viaje la idea surgió en mí y decidí empezar a darle forma.
Una de las principales razones que me impulsó a no esperar más, fue darme cuenta de cómo empezaban a desarrollarse mis relaciones con los hombres, porque como yo ya no tenía el tiempo físico necesario para seguir esperando, aunque no quisiera, existía una presión por mi parte que quizás ellos sintieran.
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Eso sí, jamás les hablaba de las ganas que tenía de tener un hijo, de que cada vez que veía un bebé por la calle me preguntaba cuándo podrías tener yo al mío en mis brazos…
Inicié el proceso a principios del año 2004 y dos años y unos meses después nació mi primer hijo, Rodrigo.
En ese tiempo yo no había vuelto a tener ninguna relación.
Cuando el pequeño tenía dos años, empecé la búsqueda de mi segundo hijo que se prolongó durante tres años más y justo cuando ya lo iba a dejar, me quedé embarazada de Martín y Aitana.
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Y no, no he tenido más relaciones.
¿Por qué?, ¿Me planteo si será por la decisión que tome hace 10 años?
Sí que es cierto que la búsqueda, embarazos, nacimientos y crianzas de tres niños me han tenido muy ocupada no sólo a nivel intendencia, sino también mentalmente. Y por supuesto emocionalmente ocupan un espacio en mi vida gigantesco.
Estoy volcada en ellos, porque aunque el mayor ya tiene ocho años los pequeños acaban de cumplir dos años y medio y apenas estoy saliendo del puerperio con ellos.
Ahora por fin empiezo a verme a mí de nuevo con toda una vida por delante junto a ellos.
Hace un par de años una amiga de mi madre me dijo como el que no quiere la cosa: Bueno, como tú ya has renunciado al amor….
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¡SOS! ¿Pero qué le había hecho pensar eso?
¿Mi manera de moverme?, ¿creencias de ella sobre las madres solteras por elección?, ¿el no verme hablando de la falta de una pareja que me apoyara?
Por supuesto, le negué rotundamente que yo hubiera renunciado a tener pareja por haber decidido tener tres hijos yo sola.
En mi caso, sencillamente no tenía más tiempo para esperar que una relación se consolidara.
Pero incluso cuando estaban en los procesos, sentía que estaba abierta al amor y a formar una pareja.
Ahora que mis hijos empiezan a crecer, vuelvo a sentirme igual de abierta a tener una relación
Tengo tres hijos, sí. Eso puede echar para atrás o no.
Cuando no tenía hijos, tampoco tuve la relación necesaria para formar una familia, o sea que ahora puede ocurrir o no.
En ocasiones, mujeres que están pensando ser madre soltera por elección, nos preguntan a las que ya tenemos más experiencia, qué pasa con el amor cuando ya hemos tenido niños.
Nosotras tenemos hijos que hemos traído al mundo por decisión propia; otras y otros los tienen porque se han separado o se han quedado viudos.
No es fácil hoy en día establecer relaciones de pareja y pensar que es por esto es sería simplificarlo demasiado.
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Aquí de lo que se trata, es de conocer a una persona que conecte contigo, sea comprometida, y que no se asuste al saber que tú no llegas sola: hay unos seres muy dependientes de ti y que son lo primero en tu vida.
Os aseguro que existen esos hombres y mujeres comprometidos, gente que se puede enamorar de ti y no salir corriendo por que tengas hijos: ¡yo los conozco!
Eso sí, no son muchos…