Teólogos que han llegado a decir que la mujer es la puerta del diablo. Muchos justifican esta discriminación, aún hoy en día como consecuencia a lo que manifiestan esas escrituras, indudablemente manipuladas por el propio hombre.
Y lo justifican diciendo que corresponden a unos tiempos determinados, que era fundamental para mantener el equilibrio social. Sin embargo todo lo que la Biblia (la manipulación de la misma) ha aportado con respecto a la mujer ha dado lugar a un androcentrismo social, político, cultural y económico de la mujer.
Ha fundamentado el patriarcado y la superioridad del hombre sobre la mujer. Ha discriminado a la mujer frente al hombre.
El hombre y las instituciones han justificado este concepto de la inferioridad física, moral e intelectual poniéndolo en boca de un Dios.
Un Dios que además la culpabiliza sin ser parte activa de las decisiones de los hombres que son quienes hasta la actualidad, hasta muy avanzado el siglo pasado, quienes tomaban mayoritariamente las decisiones que movían el mundo: “Por una mujer tuvo comienzo el pecado, y a causa de ella, todos morimos”.
Pero muchas de estas palabras ni siquiera aparecen en la Biblia, otras sí. Y aun así han servido para justificar la discriminación sobre la mujer durante siglos.
Y no sólo en la religión católica sino en otras muchas religiones que recurren a estos textos para someter y discriminar a la mujer, para hacerla creer que debe ser sumisa al hombre como castigo a ser la incitadora al pecado masculino, y fundamentalmente para hacerla creer que es una posesión del hombre: “Esta mujer es mía”.
¿Era está la intención de ese Dios al que se venera? No, sin lugar a dudas no, es la interpretación de una falsa fe por parte del hombre para someterla. Y tampoco fue creada inferior al hombre.
“La Ley de Israel concedía una posición honorable a las mujeres y fomentaba el respeto por sus derechos. Sin embargo, a partir del siglo IV antes de nuestra era, el judaísmo se dejó influir por la cultura griega, que consideraba inferior a la mujer…
Claro, con el paso del tiempo, semejante desconfianza hacia la mujer afectó enormemente su papel en la sociedad judía. En tiempos de Jesús, su acceso al recinto del templo se había limitado al atrio de las mujeres. Solo recibían educación religiosa los varones, y ellas probablemente se sentaban aparte en las sinagogas.
En el Talmud también se citaban las siguientes palabras de cierto rabino: “Todo el que instruye a su hija en la Torá [la Ley] es como si la instruyera en cosas frívolas”.
Así pues, al transmitir una visión distorsionada de la opinión divina acerca de la mujer, los líderes religiosos judíos inculcaron en muchos hombres el desprecio por las mujeres” (https://www.jw.org/es/biblioteca/revistas/wp20120901/opini%C3%B3n-de-dios-sobre-la-mujer/ )
Y aquí es donde da comienzo todo y llega hasta nuestros días… En la actualidad, gracias a la secularización de nuestra sociedad, que no de todas, se ha avanzado.
Gracias a los movimientos feministas y al empoderamiento de la mujer paulatinamente, se ha avanzado.
Pero ha avanzado la sociedad que no el catolicismo y el judaísmo que mantienen esa posición de la mujer inferior, sometida, vigilante del hombre y sumisa al mismo, en una única posición de procreación donde la maternidad está por encima de todo.
Y eso sigue involucrando en dolor a la mujer, es causa de muchas discriminaciones sociales actuales (lesbianas, madres solteras, brecha salarial, falta de conciliación), pero lo peor de todo es que sigue siendo causa de sufrimiento en su baja autoestima, en su falta de autoprotección, de sororidad, etc….
¿Por qué sigue ocurriendo esto? Sencillamente porque mientras no haya un rechazo social, político y económico a la discriminación que el catolicismo, el judaísmo u otras religiones mantienen hacía la mujer, habrá quienes sigan creyendo en pro de la fe que la mujer es merecedora de toda esa discriminación, que la mujer es menos inteligente que el hombre, que es inferior al hombre, que es culpable de los instintos más depravados del hombre… Y esto solo es posible modificarlo mediante ese rechazo social y una apuesta educativa.
La Educación tiene un papel muy importante en este sentido. El primordial. Es la Educación la que tiene que llegar a nuevas generaciones y cambiar tantas y tantas cosas, desde la Historia que ha manipulado y no ha dejado que haya sido escrita también mujeres, desde la concepción de las relaciones, el sexo, el amor, la familia….
O inclusive desde esa manida manipulación inclusive sobre la elección educativa de mujeres y hombres. Las letras son carreras de mujeres porque son sencillas y capacitadas a su inteligencia; y las ciencias de hombres.
Es impresionante como inclusive algo tan tibio como las ramas educativas sufren la discriminación femenina. Artes, letras, filosofía han pasado a ser las débiles porque fueron adjudicadas como una elección femenina, como carreras afeminadas.