Las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en edad reproductiva -entre los distintos tipos de cáncer que afectan a la mujer- son las pacientes que con más frecuencia vitrifican sus óvulos, para no perder la oportunidad en el futuro de ser madres.
Esta cifra ha aumentado en los últimos cinco años, debido principalmente a la información previa al tratamiento facilitada por parte de los equipos médicos que atienden a la paciente oncológica (ginecólogos, cirujanos y oncólogos).
Dicha información resulta clave para el futuro reproductivo de las mujeres que pasan por un cáncer de mama.
En este contexto, el próximo sábado 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente entre la población femenina en España.
De hecho, en nuestro país se han diagnosticado 33.307 nuevos casos en 2019, lo que significa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Gracias a los últimos avances y tratamientos en el campo de la reproducción asistida es posible que, en la actualidad, las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama, muchas de las cuales son pacientes jóvenes y sin haber completado su proyecto reproductivo, tengan la posibilidad de preservar la fertilidad antes de someterse al tipo de tratamiento.
Más posibilidades con diagnósticos tempranos
A través de las técnicas de vitrificación de ovocitos, por ejemplo, se permite conservar los óvulos congelados de la mujer, para que puedan ser fecundados en un futuro y una vez superada la enfermedad.
Además, el diagnóstico precoz en los procesos oncológicos de la mama resulta vital, pues el pronóstico y las expectativas de curación total de las mujeres mejora.
Además, la información de los profesionales a la paciente acerca de la posibilidad de preservar su fertilidad hace que, en muchos casos, el tratamiento posterior sea solo un paréntesis en mujeres que por el cáncer han tenido que posponer sus deseos de tener un hijo.
“Para preservar la fertilidad en estas pacientes, lo importante es que el proceso sea ágil y rápido, de manera que puedan comenzar sus tratamientos oncológicos o ser intervenidas lo más pronto posible.
Por ello, en reproducción asistida se utilizan protocolos de estimulación ovárica adaptados e individualizados en función de la paciente y del tipo de tumor.
Y es que, a pesar de que sea vital estudiar cada caso en particular, “es importante que la mujer se encuentre en una etapa temprana de la enfermedad, valorar su situación clínica y las posibilidades de recurrir a esta técnica, así como otros factores que pueden influir, como la edad o el inicio del tratamiento oncológico, entre otros”, tal y como añade la doctora.