La adopción monoparental cada vez es más difícil
Adopción monoparental: cada vez más difícil. Cada año son más las solicitudes de personas que desean adoptar un menor en solitario. Sin embargo, cada año es más difícil hacerlo sin pareja en un país extranjero.
El último cierre, el de Etiopía, ya hace años, para familias monoparentales, ha roto las esperanzas de muchas personas que cada vez ven menos posibilidades a tener un hijo adoptado en solitario y por elección propia.
Igualmente desesperanzadora es la adopción nacional para este modelo de familia. La mayoría de las comunidades autónomas dan prioridad a las parejas frente a las personas que adoptan en solitario.
Otras como la catalana, se plantean la adopción nacional en igualdad de condiciones para familias monoparentales que biparentales.
El número de personas solas que han adoptado en España a un menor es cada vez mayor, aunque la mayoría de las familias monoparentales han tenido que recurrir al extranjero porque en la adopción nacional su lugar está en los últimos de la fila, mucho más atrás todavía que en la internacional y puede que pasen años y años sin ser llamados.
Sin embargo, este modelo de familia se encuentra ahora con una caída insólita en el número de adopciones internacionales, de hecho, el número de familias adoptantes en 2011 es el más bajo desde 2002. Las trabas administrativas, el cierre de muchos países para los nuevos modelos de familias y la crisis son los motivos.
El acogimiento de un menor tampoco es fácil para ellos, siempre están por delante las parejas y a lo sumo podrían optar por un menor con problemas, pese a que en la sociedad actual la soltería está considerada como un hecho diferencial irrelevante, y por lo tanto, no debería haber discriminación con respecto a las parejas en la formación de una familia.
En la actualidad, algunas comunidades, como la catalana, han roto con este handicap y las familias monoparentales tienen el mismo tratamiento que las biparentales a la hora de adoptar un niño nacional.
Otras, como la de Andalucía permiten dos expedientes internacionales al mismo tiempo, lo que aumenta las posibilidades de éxito para este modelo familiar.
Sin embargo, y pese a las dificultades, hoy en día uno de cada diez niños adoptados forma parte de una familia monoparental, según un estudio realizado por el Instituto de la Mujer.
Las adopciones por parte de mujeres solas – en el caso de los hombres son muchas menos – ascienden ya en España a un 9,4 por ciento del total de las producidas en las diferentes comunidades autónomas.
Canarias es la comunidad en las que más adopciones de mujeres en solitario se tramitan, le siguen Andalucía y Baleares; en cuarto lugar, Cataluña; después la Rioja; y en sexto, Madrid.
Prioridad para las parejas
Casi todas las personas sin pareja recurren a la adopción internacional, pero no por ello es más fácil. Como familia monoparental adoptar es siempre mucho más difícil y complicado.
“Las parejas tendrán prioridad”, es la frase con que más veces se va a tropezar una persona que quiera adoptar como monoparental.
Además, el adoptante no debe obviar las dificultades a las que una persona sin pareja se va a tener que enfrentar. Por ejemplo, no todos los países aceptan solicitudes de adopción de personas solas.
Esta es la primera de todas las limitaciones porque cada vez son menos los países que permiten esta modalidad de adopción. Incluso algunos que hasta hace unos años aceptaban, como China o Etiopía, no admiten ya más expedientes de personas sin pareja.
s evidente que cuando un país extranjero comienza a poner límites a la adopción internacional lo hace siempre por las minorías más débiles. Los hay también que fluctúan, un año lo permiten y otro no, lo que significa que no son países muy seguros de cara a la adopción, como es el caso de Vietnam, que siempre está en ciernes.
Otros países incluso plantean un cupo sobre el total de adopciones anuales con respecto a las familias monoparentales, lo que da lugar a que el proceso tiende a ser más largo que para una pareja.
Si además, la persona que quiere adoptar en solitario es un hombre, lo tiene mucho más difícil. Para ellos la lista puede acortarse tanto que solo puedan escoger entre dos o tres países.
Y las probabilidades de que un hombre solo pueda adoptar a un bebé o una niña son casi nulas. Por su parte, aquellos que tengan otros hijos biológicos, tendrán también que consultar sus posibilidades, ya que hay países como Senegal que acepta monoparentales, pero no sí estos tienen hijos biológicos.
Pocos países y difícil
El cierre de Etiopía, que ha seguido al de China o Ucrania, países en los que las familias monoparentales habían depositado durante años su ilusión de formar una familia, deja casi desiertas las posibilidades.
Queda patente que al ser pocos los países que admiten la adopción monoparental, la avalancha de este tipo de expedientes provoca a la larga la desconfianza (justificada o no) y perjudica la adopción.
África demora mucho la asignación del menor y los países de este continente están casi siempre sujetos a cambios de leyes, cierres por conflictos bélicos o retrasos por fraudes. Por otro lado, en muchos de los que permiten la adopción internacional, se desconoce la existencia de adopciones.
Los países del Este hace tiempo que dejaron también de ser la gran esperanza.
El tiempo de espera suele ser largo, y las familias monoparentales siempre están los últimos de la fila. Además cuentan con la desventaja de requerir un gran desembolso (en ocasiones hasta los 35.000 euros), al que muchas personas que adoptan en solitario no pueden acceder.
En Asia, China era la mejor opción, pero su cierre ha eclipsado todas las posibilidades. Una gran mayoría de las personas que deseaban o tramitaban en este país, han derivado sus expedientes a Vietnam que abrió sus puertas a la adopción internacional en España no hace muchos meses y en el que de momento solo se han habilitado algunas ECAI y los expedientes se empiezan a acumular.
Por otro lado, los crecientes rumores de irregularidades en las adopciones en Vietnam comienzan a mermar las esperanzas y a temer su cierre.
Quedaría Latinoamérica, donde hay un mayor número de países que aceptan solicitudes de personas solteras. Sin embargo, las familias monoparentales se encuentran que la edad de los niños que se les ofrece son mayores de siete u ocho años porque las parejas tienen prioridad en los menores de edades inferiores.
De igual modo son países sometidos a continuos cambios y en los que un cambio de ley ha dejado siempre a muchas familias monoparentales con sus expedientes colgados.
Por último no hay que olvidar que adoptar siendo uno solo requiere de una estabilidad económica ya que todos los gastos, corren a cargo de una sola persona.
Es importante tener en cuenta que las ayudas a la familia escasamente van dirigidas a las familias monoparentales: ni en cuanto a incremento de bajas maternales, ni en becas, ayudas a comedores, puntos extras en guarderías…; tampoco es cierto lo de la familia monoparental numerosa con dos hijos (que se quedó en una enmienda), ni la prestación de 3.500 euros (1.000 más) en el caso de ser monoparental (que en verdad son para familias necesitadas que no llegan a un mínimo de renta al año) y que ahora también ha desaparecido.
Es decir, una familia monoparental que quiera tener un hijo u adoptar tiene que contar previamente con la más absoluta discriminación por parte del Estado y una gran mayoría de Comunidades Autónomas.
Adopciones de éxito
Si a pesar de que la adopción siendo monoparental sea mucho más complicada y difícil, la persona quiere adoptar, tiene que tener en cuenta, y en todo momento, que el hecho de estar adoptando sin pareja hará que las autoridades competentes en materia de adopción lo tengan en cuenta.
El adoptante en solitario tiene que estar preparado para que a lo largo del proceso se cuestionen muchos aspectos de su vida: estar prevenido a que no en todos los sitios y no para todas las personas será socialmente bien aceptado, estar preparado para que su estilo de vida sea cuestionado, y para que también se cuestione el apoyo familiar con el que cuenta a su alrededor.
Como contrapartida a los elementos detractores, las familias adoptivas monoparentales tienen un elevado promedio de éxito. De hecho, uno de cada diez niños adoptados en España vive en el seno de una familia monoparental.
Estas familias están formadas principalmente por una mujer, profesional, entre 35 y 45 años y con buenos ingresos.
Por regla general, son adopciones muy fructíferas, donde el hecho de ser un solo adoptante implica no tener que cargar con la decisión no tan segura muchas veces de la pareja (muchas adopciones biparentales se llevan a cabo gracias al empuje de uno de los miembros de la pareja que es el que más convencido está), lo que lleva, después de un proceso, difícil, largo y costoso al fracaso de la relación en pareja, en bastantes ocasiones.