- En España, el 53% de las personas con problemas de fertilidad lo vive en un entorno de rechazo social. Hace cinco años opinaban así el 35%.
- A pesar de que el 9% de los niños nacen gracias a la reproducción asistida, estos tratamientos aún siguen siendo un tema prohibido
- La percepción es distinta en cada país según sus leyes y su tradición cultural y religiosa
En los últimos cinco años ha empeorado claramente la percepción social de la esterilidad en España: si bien en el 2014 un 35% de las personas con problemas de fertilidad consideraba que este tema aún era un tabú en nuestro país, hoy este porcentaje supera el 52%. Esta es una de las conclusiones de uno de los estudios que Institut Marqués ha presentado en la 36 edición del Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción (ESHRE) que se ha celebrado celebró de forma telemática esta semana.
Este trabajo ha contado con la participación de más de 1.700 personas de 10 países diferentes y permite ver la evolución de los datos haciendo una comparativa con el estudio anterior que Institut Marquès llevo a cabo en el 2014. Así pues, España desciende al tercer puesto en el ranking europeo en cuanto a la normalización de la esterilidad, mientras que en el 2014 era el país más tolerante y abierto en este tema. Desde el punto de vista europeo, la percepción de rechazo social ha crecido un 11% pasando del 52% hace cinco años al 63% en la actualidad.
Según la Dra. Marisa López-Teijón, Directora de Institut Marquès y autora principal del estudio, “la esterilidad sigue siendo tabú porque todavía se asocia la fertilidad masculina a la virilidad, porque la maternidad se sigue considerando prioritaria como parte del rol social de la mujer y porque no poder tener hijos aún se ve como una vergüenza más que como un problema médico”
La mayoría de los españoles y europeos opinan que la esterilidad es tabú y la comparativa entre el 2014 y el 2019 revela que han aumentado los prejuicios en la mayoría de países. En España se incrementa en 17 puntos: A pesar de que en nuestro país el 9% de los niños nacen gracias a la reproducción asistida, estos tratamientos aún siguen siendo un tema prohibido. “Estos resultados nos permiten definir mejor las necesidades psicológicas de los pacientes infértiles y ver cómo el contexto cultural de su país de origen puede afectarlos” explica la Dra. López-Teijón. “La actitud de la sociedad hacia la infertilidad puede condicionar la forma en la que se vive el tratamiento. En la práctica clínica es útil saberlo para ayudar al paciente a mantenerse emocionalmente positivo en todo momento”, apunta la reconocida ginecóloga que fue elegida médico del año en Reproducción Asistida 2019.
Diferencias entre los países según su legislación, cultura y religión
Los datos contrastan con el incremento en las tasas de éxito de los tratamientos de Reproducción Asistida y de una mayor información y difusión sobre éstos. Los resultados de este estudio hacen evidente que la consideración social de la esterilidad está ligada a la tradición cultural y religiosa de cada país, así como a su marco legislativo. En países con leyes más restrictivas como Italia o Alemania, las parejas que necesitan un tratamiento de Reproducción Asistida lo vive con mayor secretismo. En España o Gran Bretaña, donde estas técnicas están permitidas por la ley y cubiertas por el sistema público, existe en cambio una mayor visibilidad social.
Necesitan compartirlo
A pesar de las diferencias entre países, todos los pacientes expresan una necesidad común: la de compartir su problema con su entorno más cercano. Aunque perciben que el tema sigue siendo rechazado por la sociedad en general, cada vez más, las personas que llevan a cabo a un tratamiento de Reproducción Asistida lo comparten con sus amigos y familiares. El 87% explicaron su situación en su círculo de mayor confianza. Esta cifra ha aumentado un 12% con respecto a la encuesta anterior.
Compartir la esterilidad es algo que ayuda a los encuestados a sentirse mejor, siempre que sea en la intimidad. Un 55% se muestra predispuesto a contar su caso en medios de comunicación o en redes sociales pero manteniendo siempre el anonimato. “Nosotros aconsejamos a nuestros pacientes que digan que están haciendo un tratamiento pero que decidan ellos cuándo y cómo. Que lo hagan sin dar detalles, pidiendo únicamente apoyo, discreción y respeto; sin juicios ni comentarios” concluye la Dra. Marisa López-Teijón.