Con una separación a la espalda, una pareja que no termina de llegar o simplemente porque sí, cuando el reloj biológico empieza a correr y los 40 años están acechando, son muchas las mujeres que, aún así, se plantean ser madres. Son las nuevas madres solteras.
Son lo que se ha venido a denominar como las nuevas madres solteras, aquellas que han roto con el tabú de ser madre sin pareja.
Generalmente recurren a la inseminación artificial cuando llegan a esto de la maternidad antes de los 35años, a la fecundación in vitro posterior a los 35 y, si es necesario, a la donación de óvulos, cuando la fertilidad femenina y la reserva ovárica se agota.
Eligen ser madres biológicas solteras por decisión propia y sus hijos son niños muy deseados. Son grandes defensoras de su modelo de familia.
Son cada vez una realidad más latente y son, cada vez, muchas más. Ellas están ahí y a diario tienen mucho que decir a la sociedad y a la diversidad familiar.
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Un nuevo modelo de familia ha surgido de una sociedad moderna, abierta y que ha superado el concepto de familia tradicional formada por un hombre, una mujer y sus hijos: la familia monoparental.
Mujeres que han decidido formar una familia sin una pareja a su lado, y que los medios han denominado como las nuevas madres solteras, algunas no porque así lo hubiesen deseado, sino porque la vida les llevo hasta aquí; y otras porque decidieron recorrer el camino de la maternidad solas por decisión propia.
Especialistas de la clínica Vida Fertility nos dice: “Desde 1988, la ley española permite a las mujeres ser madres sin pareja mediante técnicas de reproducción asistida, y en los últimos años este fenómeno se ha intensificado hasta el punto de que las mujeres sin pareja que recurren a la reproducción asistida en España se ha más que duplicado en los últimos cinco años.
Y no solo las españolas, sino que desde otros países, donde sus leyes no están tan abiertas, a diario llegan mujeres para ser madres sin pareja gracias a un tratamiento de reproducción asistida”
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“Solamente en Madrid, según datos de la clínicas, tres de cada diez mujeres que se someten a una inseminación artificial en la comunidad están sin pareja masculina. Cerca de un 20 por ciento de las mujeres que acuden actualmente a un tratamiento de reproducción asistida lo hacen sin pareja. Hoy en día ya es habitual la paciente sin pareja en nuestra clínica”
“Muchas de ellas agotan todas sus posibilidades y cerca de los 39 años, cuando la infertilidad empieza a ser una sombra más alargada, dejan de esperar y deciden fuertemente ser madres sin pareja. Otras muchas tienen ya un hijo pero tras una separación o divorcio deciden aumentar familia para no dejar a sus hijos sin hermanos.
Y cada vez más, son las mujeres que atraviesan nuestras puertas convenidas de que quieren ser madres sin pareja y no desean esperar hasta agotar su reserva ovárica, o lo hacen para vitrificar sus óvulos porque saben que en unos años lo serán sin tener que esperar la llegada de la pareja”, nos confirman desde Vida Fertility.
Cada vez más ante la negativa a tener descendencia de sus parejas, bien porque no lo desean o bien porque ya tienen hijos de una pareja anterior deciden igualmente hacerlo solas.
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Y otras, aunque cada vez más y más jóvenes, deciden abiertamente que es la hora de ser madres y no tener pareja no se lo va a impedir.
El incremento en los últimos años está en torno al 40 por ciento. Además, hay que tener en cuenta ese gran número de mujeres solas extranjeras que viajan a España en busca de un embarazo, como decíamos anteriormente, porque las leyes de sus países son menos permisivas.
Y en todas estas historias hay un protagonista oculto: el donante. El sr. X, como algunos le han llamado, alguien a quien todas dicen sentirse eternamente agradecidas. O en el caso de la doble donación, al señor X y la señora X, dispuestas en todo momento a contarle orgullosamente su origen a sus hijos/as. Porque lo que verdaderamente las une es el convencimiento, la seguridad de una decisión por mucho tiempo meditada.
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Son madres que se enfrentan a la maternidad en solitario, que han pasado por procesos de dudas y preocupación, por duros tratamientos de fertilidad en algunos casos, que luchan por defender sus derechos de familia y recibir las ayudas necesarias y acordes a su modelo de familia.
Desde nuestra clínica, nos cuentas especialistas de Vida Fertility Madrid, “creemos en este modelo familiar al que hemos visto grandes cosas a favor como la capacidad de una familia monoparental para la educación de un menor puede ser a veces mejor que la de una pareja que no llega a acuerdos.
Tienen normalmente menos factores de riesgo en conflictos de integración familiar al establecerse una relación directa entre progenitor e hijo, el criterio sobre la educación y la crianza es único por lo que ahorra discusiones, inexistente desarraigo familiar por imposibilidad de separación y continuos traslados de un hogar a otro y, por último, la decisión de tener un hijo es muy meditada y con una preparación previa normalmente más intensa que la de las parejas”.
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