Este mes de junio se celebrará de nuevo el Día Internacional del Orgullo LGTBI, colectivo que cada vez más recurre a la reproducción asistida para tener una familia, así como el de mujeres sin pareja dando un nuevo enfoque al concepto familia.
Una de las técnicas que les facilita la realización del sueño de ser madres es el denominado método ROPA, por las siglas Recepción de Óvulos de la Pareja, o la Inseminación Artificial con donante de esperma, algo que tienen también en común con las mujeres sin pareja en reproducción asistida.
Gracias al método ROPA ambas pueden sentirse partícipes en la concepción de su futuro hijo. Esta técnica consiste en fecundar los óvulos de una de las mujeres de la pareja con esperma de donante e implantarlos en el útero de la otra.
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Sin embargo, bien por el método ROPA o por una Inseminación con donante de esperma muchas veces surgen dudas en la madre no gestante: “Quién seré yo para ese bebé”, ¿y cuando nazca? ¿Cuál será mi papel?”… La confusión es muy común y los sentimientos de la madre no gestante salen a flor de piel.
Ser madre no gestante no es lo mismo que una madre adoptiva, que es lo que comúnmente se cree. ¿La principal diferencia? Desde el momento en el que se inicia el proceso de estimulación ovárica, las dos han construído un vñinculo por igual.
Los temores de las madres no gestantes se basan en la creencia de que “madre no hay más que una”, ya sea la creencia del entorno familiar como la creencia interiorizada. Es el mismo miedo de las madres por donación de óvulos, en el mal entendido concepto de que el vínculo maternal está ligado a la biología.
En el caso de las parejas de mujeres, se añade el “inconveniente” de los roles de género. ¿La madre no gestante equivale a un padre? No. La madre no gestante es la otra madre. En la mayoría de los casos no le dará el pecho, pero también se levantará por la noche, cambiará pañales, dará papillas y sufrirá cuando le suba la fiebre.
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El vínculo, con ambas madres, se empieza a crear a partir del nacimiento. Y si bien es cierto que en los primeros meses –sobre todo si hay lactancia materna- la madre gestante pasa mucho más tiempo con el bebé, a partir de los seis meses o el año, la participación de ambas se iguala, si así lo ha decidido la pareja.
Las corrientes u opiniones a favor o en contra del vínculo que se genera entre madre e hijo/a en el vientre son muchas y diversas. Hay quienes creen que el vínculo es muy fuerte y otros que consideran que, a pesar de que el embarazo es importante en el desarrollo de un bebé, madre es aquella que cría y no quien pare.
Igualmente, las parejas de lesbianas son un modelo de familia cada vez más numeroso junto con el de mujeres sin pareja, gracias a los tratamientos de fertilidad con donación de esperma y al método ROPA. Mujeres, al fin y al cabo, que han creado su propio modelo de familia sin una pareja masculina.
Pero hasta ahora las emociones, los sentimientos acerca de la maternidad, acerca del hecho de ser madre, hablan casi siempre desde la perspectiva de la mujer que gesta, desde el embarazo, desde parir…
Dejando un poco a un lado sentimientos y emociones tan fuertes o más en todas estas mujeres que, sin haber gestado, han sufrido, se han emocionado, se han ilusionado, han tenido sus temores, sus incertidumbres…
Por suerte, el concepto de maternidad y madre está cambiando.
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