Hace una década era inusual que una mujer quisiese ser madre soltera, que lo eligiese. Hace una década lo habitual era querer serlo porque las parejas no habían funcionado bien y alargábamos el tiempo, casi hasta agotar nuestra reserva ovárica.
Ahora ya no. Ahora los tratamientos de reproducción asistida que las clínicas realizan a mujeres sin pareja superan el 10 por ciento.
Mi experiencia con la maternidad en solitario
Desde hace una década son muchas las cosas que han evolucionado en esto de la maternidad en solitario.
De cuatro mujeres que se aventuraban a la maternidad en solitario elegida y a las que se les denominó “valientes”, y no por ser madres solas, porque la mono-materntalidad ha estado instalada en nuestra sociedad desde que hombres acudían a la guerra para dejar en vida a viudas y huérfanos, sino por ser ellas quienes eligen serlo.
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Sin embargo, aún seguimos (aunque cada vez menos), esperando una pareja para tener hijos como primera opción. Seguimos agotando nuestra reserva ovárica esperando al padre de nuestros hijos.
Seguimos teniendo miedo a tomar la decisión, miedo al qué dirán, a la falta de la figura del padre, a cómo se eligen a los donantes, a cómo se lo voy a contar a medida que mi hijo crezca… porque el modelo familiar tradicional nos los han tatuado a base de bien.
La experiencia de otras muchas mujeres que ya son madres, mi experiencia, os trae las cosas más importantes que tenéis que tener en cuenta si estáis a punto de dar el paso. Aquello en lo que otras tropezamos y que a vosotras os puede ayudar.
Lo que debes saber antes de ser madre soltera
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- Madura tu deseo. Que no sea fruto de una necesidad emocional. Pareja e hijos no son un todo. Y tener un hijo no suplirá la falta de pareja. Si lo que buscas es una pareja, un hijo no suplirá tu vacío emocional. Si deseas lo que deseas es ser madre en este momento independientemente de tu estado civil, adelante.
- Vence tus miedos. Son solo eso, miedos. Que tu decisión no la tome el miedo sino tu deseo. Todos estos miedos del ahora dejarán de tener importancia cuando nazca el bebé. Y aparecerán otros.
- Acude a una clínica de reproducción asistida. Es importante que realicen un estudio de tu fertilidad. Demoramos demasiado la toma de la decisión y cuando llegamos a la clínica nuestra reserva ovárica ha comenzado a descender o ha descendido en demasía. La edad biológica de nuestros ovarios idónea para ser madres está entre los 20 y 26 años. A partir de los 30 empieza a descender, a los 35 cae de forma más importante y a los 40 puede que esté agotada.
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- Escucha lo que te explican en la clínica. Ellos desean tu embarazo tanto como tú. Solo somos capaces de retener un 10 por ciento de lo que nos cuentan y generalmente lo hacemos a nuestro favor. Es decir, si nos dicen que la posibilidad de embarazarse con nuestros propios óvulos es de un 10 por ciento, nos agarramos a ese diez por ciento y dejarnos de oír otras opciones.
- Sabemos cuándo comenzamos los tratamientos, no cuando terminan. Puede que el embarazo llegue a la primera o que haya que pasar por diferentes tratamientos. No tener pareja no significa ser infértil, pero tampoco que nos vaya a ser fácil y con la Inseminación Artificial. Cada una de nosotras es un mundo y nuestras naturalezas intervienen a su antojo.
- No te obsesiones con los donantes y su selección. Tendemos a hacerlo y son elegidos a través de pruebas muy exhaustivas. Piensa que jamás llegarías a saber tanto del esperma y la genética de tu pareja cómo lo vas a saber de un donante.
- Es un proyecto más en tu vida, no el único. No abandones el resto de tus proyectos, te ayudarán a sobrellevar los momentos críticos que puedes tener, los no embarazos y los duelos al tener que pasar de un tratamiento a otro.
- No necesitas ponerte un cartel anunciando que estás en reproducción asistida, pero sí elige bien esas dos o tres personas con las que desahogarse, por supuesto, partidarias de tu decisión.
- Ten paciencia, cuida la alimentación, los hábitos, intenta alejar el estrés y la ansiedad y ayúdate a ponértelo más fácil.
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- Confía en todo momento en los profesionales. Procura establecer con ellos una relación de afinidad y empatía. No dudes en preguntar todo aquello de lo que dudes. Nunca te quedes con la duda porque eso te generará desconfianza.
- Internet está muy bien para encontrar afines a nosotras o adquirir algunos conocimientos. Pero no olvides que cada una de nosotras es un mundo, y lo que le ocurre a una o lo que le va bien a otra, no tiene por qué funcionarles a las demás.