Infertilidad: ovodonación
No es fácil aceptar que no vamos a poder ser madres con nuestros propios óvulos. Los psicólogos lo llaman “superar el duelo genético”, y suele ser más visible en las mujeres, pues los hombres lo viven “más en silencio”.
En todos estos años tratando la infertilidad hemos escuchado a muchas mujeres que tras una larga lucha han acabado siendo madres gracias a la ovodonación. Y queremos recoger aquí -de forma anónima- algunos de los testimonios que nos han ido dando. Porque no hay nada más terapéutico que las palabras de una mujer que ha superado el dolor por el que puedes estar pasando.
Marta, 40 años, baja respuesta ovárica
La única diferencia en ovodonación: una célula inicial
“Por partir de una célula diferente no has de considerar que no sea hijo tuyo… simplemente que, de la misma forma que en un embarazo participan el ginecólogo que te lleva, el biólogo, la enfermera de quirófano, etc. También participa una mujer anónima y extremadamente generosa que te ayuda a cumplir tu sueño. No es un inicio de embarazo, diríamos, normal. ¿ Pero qué FIV lo es?
Me planteo la ovodonación convencida y con mucha ilusión, una opción más hacia la maternidad.”
Lee aquí el testimonio completo de su embarazo por ovodonación.
Leer también: “Cuatro años superando la posibilidad de no ser madre”
Natalia, 47 años, “esperé demasiado”
Con la ovodonación, se acabó mi innata tozudería
“Convencida que se equivocaban. Decidí someterme a una primera FIV. Dos embriones, cero embarazo. Una segunda FIV, tres embriones, un embarazo, un aborto espontáneo. Te ahorro los detalles del positivo y de ese control en el que me dijeron que no prosperaba.
Y entonces me arrepentí, me arrepentí de haber esperado tanto, tantos años esperando la situación perfecta, a la pareja perfecta. No iba a seguir perdiendo el tiempo. Con la ayuda de una terapeuta, trabajé la idea de ser madre por ovodonación.
Y lo conseguí. Tuve un buen embarazo, me apoyó mi familia y amigos. Guardo unos fantásticos recuerdos de esos 9 meses. Me había costado tanto, que lo disfruté en plenitud.
Mi hija acaba P5, y sólo me arrepiento de no haberla tenido antes.
Lee aquí su testimonio completo
Ana, 45 años, “maternidad por los pelos”
Mis óvulos ya no tenían la calidad necesaria, era vieja….sí, sí, lo digo ahora con una sonrisa, pero me dolió muchísimo, lloré y lloré. Fue duro del copón.
Soy el típico ejemplo de maternidad tardía o “maternidad por los pelos”, un poco más y se me pasa el arroz. Bueno, se me pasó del todo, pero la ovodonación me regaló una oportunidad y no dudé en tomarla.
Tras quince años en pareja y cinco a solas, convencida que no quería tener niños a mi alrededor de forma continua, me planté con 40 años. Y no sé si fue la crisis de los 40 o la alarma del reloj biológico con retardo, pero me entraron las prisas. Así que sin pareja masculina a quién planteárselo, me planté en la consulta del CRA Barcelona con 41 años y dos meses.
“Llegas un poco justita”, me dijo la doctora tras comprobar mi reserva ovárica, una antimulleriana de 0,5 y me sugirió “intentar conseguir dos o tres embriones con varias FIV con tus óvulos”. Lo hicimos, conseguí dos embriones, pero el primero no se implantó y el segundo no evolucionó. Conclusión: mis óvulos ya no tenían la calidad necesaria, era vieja….sí, sí, lo digo ahora con una sonrisa, pero me dolió muchísimo, lloré y lloré, ¿como podía llegar tarde? Llegué a creer que era el castigo por no haber querido niños a mi alrededor…
Vieja, sin un duro tras la FIV y asumiendo que si tenia un bebé, no llevaría mis genes. Duro del copón.
Lee aquí su testimonio: madre soltera por ovodonación de uno hijo que se me parece
Cristina, 45, madre sin príncipe azul
“Ojalá hubiera tenido la información de tengo ahora cuando tenía 35 . Seguramente habría congelado mis óvulos o habría decidido hacer hecho una IA mucho antes.”
Lee su testimonio: Madre por ovodonación y sin príncipe azul