La decisión de afrontar la maternidad se ha visto, con el tiempo, condicionada por múltiples factores externos y personales. En el momento actual, aspectos como la economía personal, el trabajo, la vivienda o el propio estilo de vida inciden más que nunca sobre esta decisión, retrasando la idea de ser padres más de lo esperado.
Aunque lo realmente sorprendente es el desconocimiento de las consecuencias que tiene el hecho de postergar la maternidad tantos años, afectando directamente sobre la fertilidad de la mujer.
En este sentido, la edad se presenta como el factor más relevante a la hora de conseguir un embarazo por encima de los 35 años.
De hecho, se considera que la mejor edad para quedarse embarazada en un ciclo espontáneo suele rondar los 20 años, que es en torno al 25% de probabilidad.
A partir de los 30 la fertilidad comienza a experimentar una caída paulatina y a partir de los 35 años cae de manera muy importante.
En diferentes estudios realizados por clínicas de reproducción asistida determinan que un 12% de las mujeres encuestadas reconocía que la edad más adecuada para quedarse embarazada se situaba por debajo de los 35 años.
Sin duda, las posibilidades de gestación por encima de los 35 años se ven reducidas año tras año, no solo por una pérdida de la reserva de óvulos disponibles en los ovarios sino también por el incremento de anomalías genéticas en dichos óvulos, que dificultan quedarse embarazada y que dicho embarazo llegue a término.
Por esta razón, conocer el estado de la reserva ovárica en el seno de una revisión ginecológica se hace cada vez más necesario para establecer así el proyecto reproductivo.
En estos momentos, mediante un simple análisis hormonal, conocido como la prueba de la hormona antimulleriana (AMH), se hace muy fácil conocer el número de óvulos disponibles que presenta una mujer en una determinada edad, y así disponer de una información vital para la toma de decisiones en cuanto a posponer o no la maternidad o decidirse a preservar ovocitos para el futuro.
Estos estudios recogen datos sorprendentes respecto a este gran tema de interés, y es que el 85,35% de las mujeres encuestadas nunca se han realizado una prueba para conocer el estado de su reserva ovárica y, solo el 12% lo ha realizado en alguna ocasión.
Como ya se ha comentado, existe una alternativa para mujeres que deciden posponer la maternidad, como la posibilidad de preservar la fertilidad mediante la vitrificación de óvulos en edades en las cuales los óvulos tienen una calidad adecuada.
Este procedimiento permite postergar la maternidad hasta un momento más tardío de la vida, dejando a un lado las preocupaciones socioeconómicas que puedan incidir en ese momento en nuestra situación personal y retomando el sueño de ser padres más tarde.




