Reproducción asistida, lo que hay que saber antes de comenzar. Cada vez somos más las mujeres que acudimos a la reproducción asistida para ser madres, para formar una familia. Cada vez es mayor la información y el conocimiento técnico que tenemos sobre los diferentes tratamientos.
Tanto es así que muchas veces acudimos a las clínicas informando nosotras mismas al ginecólogo de lo que es mejor para nosotras, de que debería hacernos mejor una fecundación in vitro que una inseminación artificial; cada vez da la impresión de que sabemos más, pero en realidad solo sabemos que no sabemos nada.
Por Rosa Maestro @rmaestrom @Masola_Org
Cuando nos decidimos por fin a recurrir a la reproducción asistida para tener familia estamos tremendamente ilusionadas porque por fin vamos a ver cumplido ese sueño que tanto tiempo llevamos tejiendo en nuestras mentes; vamos nerviosas, ansiosas…
Todo va a ser coser y cantar…y en dos meses podremos anunciar que estamos embarazadas… pero a veces no es así. Aquí te cuento algunas cosas que debes saber antes de llamar a la puerta de una clínica:
1.- No sabemos nada de nuestra fertilidad. Cuando llamamos a la puerta de una clínica creemos que sabemos todo sobre nuestra fertilidad porque estamos super puestas en relaciones sexuales, anticonceptivos y menstruaciones regulares.
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Pues te diré que sabemos muy poco, que nadie se molestó en contárnoslo porque por la “fertilidad de la mujer” jamás ha preocupado a la sociedad (en el sistema educativo no hay libro que haga mención alguna) por mucho que digan a bombo y platillo que la familia es lo primero y esto se debe a que las “cosas de las mujeres” siempre han estado en un segundo y hasta quinto plano.
Tampoco cuando hemos acudido al ginecólogo nos han advertido de nada, ni nos ha solicitado pruebas hormonales ni de ningún tipo. Pues bien tú fertilidad, la mía y la de todas tiene caducidad, nacemos con los óvulos contados y los vamos perdiendo cada mes.
A partir de los 35 años desciende de forma importante, pero a partir de los 40 de forma vertiginosa. Creemos que entramos sin graves problemas para ser madres y puede que así sea o puede que no.
2.- Los programas de televisión con famosas siendo madres a los 45 años nos han hecho un daño terrible. No creas que porque una famosa, una periodista con renombre o una actriz hayan sido madres a los 45 años lo podemos ser todas…
No, puede que no sea tu caso y si lo es, es muy probable que sea como los suyos, con una donación de óvulos o con una donación de embriones.
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3.- Sabes el día que empiezas en reproducción asistida no el día que terminas. Todas, desde que entramos por la puerta, creemos que vamos a ser de las afortunadas que a la primera la beta nos va a dar positivo. Pero a veces, más de las que pensamos no es así.
Si no nos embarazamos fácilmente después de unos años de relaciones es que algo nos pasa, puede que estemos ya casi sin óvulos o de mala calidad, acechando una menopausia precoz, endometriosis….
Son muchos los obstáculos que pueden entrar a formar parte de nuestras vidas en los siguientes meses, en los siguientes años. Tenemos que ser conscientes de que eso puede pasar y saber que la paciencia es nuestro mejor aliado.
Llevarlo con calma, sin estrés puede ayudar a que el embarazo llegue antes. No te bloquees ante lo que oigas, busca soluciones. Si no puede ser hoy, será mañana y el tiempo, una vez pasa, se mide más lentamente.
Por cierto, cuanto antes acudas a hacerte pruebas, antes sabrás tu situación y antes podrás decidir.
4.- Seguridad Social o por privado. Es una de las primeras cosas que nos planteamos. Todas querríamos ir por la Seguridad Social pero muchas veces no va a ser posible. Para parejas de mujeres y mujeres solas hay comunidades que no nos aceptan.
A las parejas heterosexuales decirles que tienen que tener menos de 40 años, y muchas veces menos de esta edad porque las listas de espera son largas y perder dos años supone que para cuando te llamen te digan que ya no puedes, en estas edades es perder muchas oportunidades de embarazarse.
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Tampoco nos aceptan si ya tenemos un hijo. Vamos que nos lo ponen bastante difícil.
Una vez dicho esto tienes que ver si te compensa o no esperar la llamada de la Seguridad Social. Si tienes 30 años igual merece la pena, con 37 puede que no tanto porque si no tienes graves problemas de fertilidad quizás con una o dos inseminaciones artificiales te quedes embarazada y dos años más tarde estas posibilidades podrían haber caído drásticamente.
Piensa también si solo quieres este embarazo o vas a pensar en aumentar la familia. Un segundo hijo, dos o tres años más tarde, puede llevarte a una infertilidad secundaria.... No es lo mismo ponerse con el segundo a los 39 que a los 42. Con 39 igual puedes con tus óvulos y a los 42 ya no.
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5.- No hay clínicas ni buenas ni malas. Hay clínicas con afinidad o sin ella. Una de las dudas más recurrentes es la de elegir clínica. ¡Ay madre las vueltas que le damos! Todas preguntamos…
Y en todas nos vamos a encontrar con experiencias positivas como negativas, porque el embarazo no depende del todo de la clínica porque cada mujer o pareja es un caso muy diferente para las clínicas.
Hoy en día pocas clínicas son malas, quizás haya que huir de aquellas en las que un fondo de inversión esté por detrás porque entonces lo que más importa son los beneficios no los embarazos. Estas clínicas conseguirán los embarazos sin problemas, si lo tuyo es más complicado acude a una buena clínica (son muchas).
Las tasas de éxito son eso: tasas. Y que nunca están del todo bien medidas porque no son lo mismo las tasas o los porcentajes de una clínica grande que de una pequeña.
Tú puedes estar en esas tasas o romperlas del todo. Con esto quiero decirte que te quedes en la clínica que te trasmita buena sintonía, que no esté demasiado lejos de tu hogar o zona de trabajo porque tendrás que ir y venir, que sientas que te tratan como persona, que se preocupan por tí, que puedes acudir a ellos, que te informan bien de todo, que te ayudan y te aportan.
Es decir una clínica con la que sientas afinidad y !ojo! que tú sientas afinidad no quiere decir que tu amiga o amiga del foro la haya sentido. En esto de las afinidades es como en las amistades o las relaciones amorosas…lo que nos convence a unos, no convence a otros.
Por último, no tengas ningún reparo en cambiar de clínica si en un momento dado no llega el embarazo.
Y te digo esto no porque la clínica en la que estés sea mala sino porque sin saber bien por qué los cambios influyen positivamente en nosotras… a veces el simple hecho de cambiar y regenerar nuevas ilusiones hace que tengamos éxito en una clínica diferente a la que íbamos.
Las clínicas lo saben, comparten este pensamiento y están acostumbradas a recibir pacientes de otras…
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6.- Tu presupuesto puede que no sea suficiente. Ya sabemos que la reproducción asistida es cara, que las posibilidades de financiación pocas y que los créditos bancarios para ello escasos. Antes de comenzar intenta tener guardado para varios intentos…
El tema económico no deja de ser importante, es muy importante en esto de la infertilidad y algo que las políticas sociales y familiares deberían haber tenido en cuenta desde hace años, pero no es así.
Poder afrontar los negativos sin la carga añadida de ir quedándote con la cuenta en numerosas rojos ayuda (siempre que puedas claro). Prevé más de lo que creas y si te sobra, esa alegría que te llevas.
No mires las clínicas por sus precios, unos euros arriba o abajo no son tan importantes como la tranquilidad, seguridad, confianza y apoyo que te trasmitan.
7.- Ninguna somos lo suficientemente fuertes. Vas a necesitar apoyo emocional. Todas creemos que podremos con todo, así nos han educado por ser mujeres, pero no es verdad.
Los tratamientos son duros, el proceso puede ser muy largo, el desgaste va minando, los embarazos de otra destrozan el alma y el humor, las embarazadas que verás (a miles por las calles, todas las que no has visto en tu vida) te derrumbarán….
Las relaciones con tu pareja se resentirán y dejarás de querer hablar de ello. Si estás sin pareja puede que te llegues a sentir sola. O puede que tengas que asumir que con tus óvulos ya no va a ser posible, que mejor con donación de óvulos, o de embriones porque es más económico…
No dudes en pedir ayuda, ayuda psicológica. Hay muchas clínicas que tienen psicólogos especializados aunque es verdad que la mayoría patina aún hoy en día y tienen su talón de Aquiles en la gestión de las emociones, algo que se descuida y que con más mimo ayudaría a incrementar las tasas de éxito.
Hay grupos de apoyo (mira bien, no cualquier foro es un grupo de apoyo), asiste a talleres, encuentros, debates… Empápate de artículos, busca afines a ti con las que hablar, con las que contar, con las que desahogarte. No te lo quedes entre las cuatro paredes de tu casa, porque solo con ponerle voz es menos doloroso.
Eso no quiere decir que se lo vayas contando a todo el que te encuentres por la calle, es decir, selecciona el reducido grupo con el que compartirás y porque durante un tiempo le digas a tu mejor amiga que no irás con ella al parque con su hijo porque te está resultando doloroso no supondrá perder su amistad.
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Por cierto, todo en la vida tiene un tiempo y un límite. Decir !hasta aquí! es también una opción de vida tan buena como la de embarazarse. Ser madre es maravilloso, tanto como no serlo.
Ser madre es un proyecto más, la vida está llena de proyectos. Demasiados mitos sobre la mujer completa cuando es madre nos han hecho mucho daño en nuestra autoestima como mujeres sin ser madres e incapacidad para disfrutar de la vida sin hijos.
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8.- Lo que le ha ido bien a las demás no tiene porque ser bueno para ti. Si a María le ha ido bien en la clínica X, que tú vayas a la misma clínica no significa que te embaraces a la primera como ella; si tu amiga tenía endometriosis y tu también no tienen porque funcionar el mismo tratamiento en las dos; si Lucía se quedó embarazada con sus óvulos a los 40 años, no tienes porque quedarte tú con tus óvulos a esa misma edad.
Con esto quiero decirte que cada una de nosotras somos un mundo, nuestro organismo otro, nuestra fertilidad otra y luego la naturaleza o la suerte juega con cada una de nosotras como le da la gana, como en el resto de los aspectos de nuestra vida.
9.- Entorno y estigma. Muchas de nosotras vivimos la infertilidad y también la reproducción asistida con estigma, con dolor, con frustración y con vergüenza… Esto ocurre porque durante siglos todo aquello que concierne a la mujer se ha llevado en secreto y hasta de forma pecaminosa.
Rompe tus barreras, estamos en el siglo XXI… tener problemas para concebir es algo más de lo mucho que nos puede pasar como mujeres. Vive la reproducción asistida como una forma más, natural y habitual de tener familia. Tampoco te ocultes a ti misma si has necesitado una ovodonación, donación de embriones o una gestación subrogada.
No es necesario colgarse un cartel, pero tampoco cerrarlo con llave en tu corazón. Siéntete segura y orgullosa de la forma de concebir a tu hijo/a y él o ella se sentirán orgullosos de la forma en que el milagro de nacer estuvo en ellos.
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10.- La reproducción asistida no termina con el embarazo. No, no puedes cerrar una puerta después de embarazarte y pensar que ya nunca jamás se hablará de ello. No, hay documentación, pruebas, datos en clínicas que en cualquier momento pueden volver a abrir la caja de Pandora.
No es necesario que se lo cuentes al vecino del quinto, pero sí es adecuado que lo sepa tu hijo/a. Es algo que ha estado ahí y siempre estará... puedes que necesites hablarlo en el futuro con un médico, ante un test genético, cuando tu hijo/a tenga los mismos problemas que tú con respecto a su fertilidad, o que alguien de tu entorno un día lo ponga sobre la mesa ante cualquier excusa. Empieza tu discurso orgullosa de tu maternidad desde el embarazo…
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