Racismo en niños adoptados.Es algo que sabes, y lo sabes porque sí, o porque te lo cuentan, o porque te lo explican en los cursos para adoptar, o lo lees en los libros, los artículos. Su hijo será negro, será diferente… ¿está preparada para sufrir el racismo?
Rosa Maestro @rmaestrom @Masola_Org
No, ha sido siempre mi respuesta, porque ni lo he estado antes de adoptar ni lo estoy ahora. Lo que si creo es estar preparada para educar a mi hija de cara a la verdad, hacerla fuerte, saber defenderse del que discrimina, y comprender que el problema no es de ella sino de quien se cree superior a ella.
Pero hasta que eso llegue, mi hija es una niña y, ¿cómo protegerla? En el día a día se me olvida, hasta que viene y me dice que le han dicho en el cole: “quita de ahí negrita”, o cuando está sentada en unas escaleras de un centro comercial y pasa una rubia de peluquería, y la empuja a un lado mientras la mira por encima del hombre…
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Mi hija aún tiene pocos años… y una vez, desayunando en un hotel de tres estrellas, sí de tres estrellas, una de las personas que viene cargada de melocotón y fruta en almíbar como si no hubiese visto el almíbar en su vida, lo derrama sobre el respaldo de una silla en la que otra que se cree la mejor en el nada, al ver que le limpiamos el almíbar para que no se manche, se vuelve, y creyendo que es mi hija quien se lo ha derramado la mira con desprecio y le dice a su madre: “Qué asco” y el asco no es por el almíbar, sino por el color negro de mi hija.
Nunca he podido callar ante estos desprecios, cuando he estado presente, y siempre he salido en su defensa, sacando mis uñas felinas, o los cuernos que hacen honor a mi horóscopo. Me ha dado rabia, ira, y le habría teñido su blanca piel a brochazos.
No será la primera ni la última vez… tampoco dejará de doler, sobre todo a mí que soy su madre. Y cuando pienso en que habrá más veces, en qué cuando sea mayor lo primero que tendrá que presentar a la hora de buscar trabajo es su DNI para que no vean su color…
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Sí mi hija se siente diferente, por eso no quiere muñecos negros, ni Nancy negra, ni quiere un novio negro…Lástima que todavía no comprenda que el dolor más grande se lo lleva el otro, porque es quien tiene un corazón frustrado, un corazón triste, un corazón con prejuicios, y que ese corazón del rechazo al que más limites pone es a quien lo posee.
Solo me queda hacerla fuerte, para que aprenda, con el tiempo, a hacer indiferentes a aquellos que le hacen daño, a aquellos que no toleran la diversidad…porque será la única arma con la que ganará la batalla, y espero que gracias a lo que yo le cuente pueda encontrar ese arma mágica antes de lo que yo la encontré… porque igual no fui negra, pero fui bajita y con gafas.
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Autoestima, mucha autoestima para vencer el pestilente hedor del racismo.
Mientras tanto solo me queda enseñarle que es mejor tener la piel negra que no un corazón negro.
(Ayer El País publicó este artículo relacionado con el racismo en los niños adoptados):
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