Infertilidad: embriones buenos y malos.
En reproducción asistida, el laboratorio forma una parte esencial de todos los tratamientos. Además, habitualmente también es el encargado de transmitir a los pacientes toda la información relacionada con el desarrollo embrionario.
Esta información genera en muchos casos un conjunto de emociones que pueden ser difíciles de gestionar, por lo que la empatía entre paciente y embriólogo/a es tan fundamental como la correcta transmisión de la información embrionaria.
Diversos eventos que unían a pacientes y profesionales reproductivos, han ido mostrando un mayor peso del laboratorio, tanto en la elección de la clínica como durante el tratamiento per se.
Es por ello que la confianza en el equipo debe ser máxima, no solo por la trascendencia que suponen este tipo de tratamientos sino para poder comprender, dudar y cuestionar sin miedo alguno al embriólogo/a cuando se reciba cualquier tipo de información -todo sea por evitar al “Dr. Google”.
La información embrionaria que se recibe durante un tratamiento de reproducción asistida puede resultar compleja de entender, ya que en muchos casos no se trata de un campo que dominen los pacientes.
Si bien es cierto que, con el paso del tiempo y de los tratamientos, se adquieren muchos conocimientos relacionados y la información es fácilmente comprensible.
Por lo tanto, es misión del embriólogo/a simplificar la información relacionada principalmente con los criterios de clasificación embrionaria que se va a transmitir, haciéndola comprensible por cualquier paciente.
Los laboratorios de embriología tienen diversos criterios de clasificación embrionaria que van a facilitar la selección de aquel embrión con mayor probabilidad de éxito tras su transferencia.
Estas clasificaciones pueden generar dudas tanto por el desconocimiento de los criterios empleados como por la asociación emocional de la categoría asociada a los embriones.
Por ello, vamos a tratar de simplificar el método más estandarizado en los laboratorios de reproducción asistida: la clasificación morfológica embrionaria.
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¿Qué es la clasificación morfológica embrionaria?
La clasificación morfológica embrionaria es una categorización de los embriones, basadas en estudios científicos, que asocian una mayor probabilidad de éxito en términos de implantación y recién nacido vivo con el valor asignado a un embrión. Existen muchas clasificaciones embrionarias con pequeñas variaciones entre ellas, según los estudios que se empleen como base.
La realidad de una clasificación embrionaria es la capacidad que tenemos los embriólogos de ver más o menos “bonito” un embrión, sabiendo que el más “bonito” tiene un mejor pronóstico que un embrión que consideraríamos “feo”.
¿Qué criterios se utilizan para valorar los embriones?
Las clasificaciones analizan diferentes eventos que maximizan el éxito del tratamiento, al hacer una selección exhaustiva del embrión con un mayor potencial de desarrollo.
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Algunos de estos criterios son:
- Número de células: Es conocido que el desarrollo ideal es de 4 células (día +2) a 8 células (día +3), pero debemos ser conscientes de que una cohorte embrionaria puede evolucionar de diferente manera, teniendo una probabilidad de éxito individual.
- Simetría celular: Este parámetro nos ayuda a diferenciar a los embriones cuyas células tiene un tamaño similar, de aquellos embriones que tienen células con una diferencia sustancial de tamaño.
- Fragmentación: La evaluación de la fragmentación es importante puesto que, si aparece en gran parte del embrión, va a dificultar que este se desarrolle correctamente y pueda implantar. No debemos confundir este tipo de fragmentación, relacionada con restos celulares que aparecen en el embrión, con la fragmentación del ADN que se analiza en los espermatozoides.
- Multinucleación: Los núcleos de las células nos van a ayudar a seleccionar el embrión. Aquellas células en las que aparezcan dos o más núcleos probablemente disminuyan el potencial de éxito del embrión.
Existen otros muchos criterios que nos ayudan a mejorar la selección del embrión, como sería la vacuolización, la zona pelúcida, el citoplasma o el espacio perivitelino, que en muchos casos son relativamente infrecuentes.
¿Pueden los embriones mejorar su clasificación embrionaria?
Las clasificaciones morfológicas embrionarias son restrictivas, por lo que, durante el desarrollo embrionario, esta evaluación solo puede mantenerse o empeorar.
Este aspecto es fundamental. Resulta inevitable, que cuando algo va a peor, lo consideremos como negativo y sea complicado poder entender la información embrionaria.
Es por ello que la confianza en el embriólogo/a mencionada anteriormente, facilitará la aclaración de dudas sobre las categorías asignadas a los embriones.
Si tengo embriones de baja calidad, ¿no voy a conseguir quedarme embarazada?
Los embriones, independientemente de la calidad morfológica embrionaria asignada, siempre tienen un potencial de éxito. Lógicamente, el potencial es mayor cuanto mejor sea la categoría morfológica asignada.
Es normal que sintamos frustración, tristeza o decepción frente a embriones de menos calidad morfológica, pero debemos tener en cuenta que todo embrión tiene un potencial de implantación y recién nacido vivo.
Si mis embriones son de calidad morfológica A, ¿quiere decir que son genéticamente sanos?
No, hay que distinguir entre clasificación morfológica y clasificación genética. Podemos asociar que aquellos embriones que tienen una mayor probabilidad de implantación y recién nacido vivo, suponen una alta probabilidad de que genéticamente sean sanos, pero no podemos asociarlo de forma sistemática. Al igual que los que son de una categoría morfológica D, no podemos asociarlos a embriones genéticamente afectos.
Esto podemos entenderlo de la siguiente manera: en el laboratorio, cuando asignamos un valor a los embriones decimos si es “feo” o “bonito”, sin saber si son sanos genéticamente o no.
Algo similar ocurre en las relaciones sociales en nuestro día a día, podemos encontrarnos con personas guapas (embriones morfológicamente bonitos) que, al conocer su personalidad interior (genética) vemos que no son simpáticos (no son sanos genéticamente) y del mismo modo podremos conocer personas feas (embriones morfológicamente feos) con una personalidad (genética) muy interesante y divertida (son sanos genéticamente).
¿Pierden los embriones la calidad morfológica asignada al ser vitrificados y desvitrificados?
Los embriones vitrificados y desvitrificados mantienen las calidades morfológicas asignadas durante el tratamiento en fresco. El aspecto que puede verse comprometido es la supervivencia de las células del embrión durante el proceso, lo cual supone un riesgo mínimo pero existente en toda técnica de reproducción asistida.
¿Por qué los embriones de mi donante son de calidad baja?
Los embriones provienen de la unión de un gameto masculino y otro femenino, por lo que es importante analizar todos los aspectos que intervengan para poder dar la mejor solución. Independientemente del origen de los gametos, podemos encontrarnos con embriones de una calidad baja, algo normal en una cohorte embrionaria.
En algunos casos, cuando muchos de ellos se ven afectados de este modo, es necesario analizar el tratamiento en su conjunto, buscando la razón o razones que estén afectando a esos embriones.
En cualquier caso, debemos ser conscientes de que los ovocitos y espermatozoides de donante pueden generar algunos embriones de baja categoría morfológica dentro de un tratamiento, sin suponer un riesgo en el éxito reproductivo.