La Gestación Subrogada nos trae anualmente más de 1.500 niños a nuestro país. Menores que nacen fuera porque nuestra Ley de Reproducción Asistida, una de las más avanzadas en el mundo, se empeña en no aceptar un tratamiento más, y lo deja en el limbo, sin regularizar ni legalizar, con familias sujetas a los criterios o ideologías de quienes gobiernan, cuando no a intereses.
Rosa Maestro @Masola_Org
La discriminación siempre lleva pareja la diferencia. Nos cuesta como sociedad, y más la nuestra, la española, a la que le cuesta mucho salir de la zona de confort.
Primero fueron los hijos de las madres solteras, de aquellas que eran abandonadas, quienes sufrieron la discriminación social y el bullying; luego pasamos a los menores de padres separados – ¡lo que nos costó dejar de verlos como diferentes! -, ni que hablar de los menores adoptados cuyos padres ocultaban sus orígenes para dejar de ser increpados ellos y sus hijos con preguntas tan incómodas cómo cuánto te costó tu hijo…
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Las madres solteras sin pareja con donante de esperma también tuvieron lo suyo, al igual que la paternidad en una pareja de hombres u mujeres, la donación de óvulos ha dejado de tener detractores y qué decir de la donación de embriones que albergaron titulares tremendistas y que nos llevó casi una década aceptar como un tratamiento de infertilidad más.
Ahora le toca el turno a la Gestación Subrogada. Quizás sea que necesita también lo que los psicólogos llaman hacer su duelo, un tiempo para su aceptación, un tiempo para su concienciación.
Y somos las mujeres, muchas madres, las que nos hemos posicionado en la idea de que ser madre no es un derecho. Mujeres feministas que siempre hemos abanderado la tesis de que las mujeres somos dueñas de nuestro cuerpo, ahora le ponemos límites.
Somos dueñas de nuestro propio cuerpo pero cuando se trata de Gestación Subrogada, entonces ya no los somos.
Y es cierto que no es un derecho, porque ser madre es un deseo. Ser madre no es ni derecho ni obligación pero si es un deseo.
Un deseo grande, enorme en muchas de nosotras educadas en la cultura del vacío sin ser madre, o el vacío de vida sin pareja..; un deseo que también irá cambiando; pero también es un deseo innato a nuestro ser, a nuestra biología.
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Para unas ha sido fácil, para otras no tanto y para las menos es un imposible. La ciencia nos ha reconfortado en ese deseo y mujeres que hace tan solo un par de décadas no hubiésemos podido ser madres, ahora lo somos.
Y somos nosotras mismas las que juzgamos a otras porque quieren cumplir su deseo. Lo nuestro es lícito, lo de ellas no.
Mantener relaciones para quedarse embarazada de otro sin su consentimiento ni deseo de ser padre es lícito, tener un hijo con otra mujer con donación de esperma es lícito, ser madre sin pareja por reproducción asistida es lícito, adoptar un menor de un país en caótica miseria es lícito, aceptar el óvulo de otra mujer es lícito, implantarse un embrión de otra pareja con hermanos genéticos es lícito, pero si alguien, si alguna de nosotras no puede ni por éstas, y necesita recurrir a una gestante, esa ya no…
Ahí sacamos del baúl la miseria de los países, los casos de fracaso, las mafias y la gente que se aprovecha de ello, los trastornos futuros en los bebés….
Es comprensible porque todas nuestras maternidades son perfectas, los hijos biológicos no sufren ningún trastorno, nuestros embarazos son todos idílicos, educamos como madres perfectas, nuestras adopciones fueron todas en países ricos y jamás mafia alguna tráfico con niños adoptados… Sus maternidades no, las suyas son imperfectas.
Los derechos y los deseos siempre llevan parejos personas, mujeres, familias que luchan porque sean reconocidos en igualdad. Y ahora les toca a ellos, a estas familias atrapadas en países con sus hijos, porque son sus hijos, luchar porque la Gestación Subrogada sea legalizada y regularizada en nuestro país.
Luchar porque dejen de decir que trafican o compran niños, porque dejen de decir que sus hijos tendrán enfermedades psicológicas derivadas de la separación de la mujer que lo trajo al mundo, porque dejen de tener que gastar cantidades impresionantes de dinero para poder tener un hijo cuando lo podrían hacer en España, país donde la reproducción asistida encabeza el ranking mundial, porque puedan optar a este tratamiento aquellos que disfrutan de una buena economía y los que no…
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Y confiemos en que no tarden mucho en conseguirlo y que la Ley proteja y defienda a sus hijos igual que lo hace con el resto de los tratamientos de reproducción asistida.
Si la Gestación Subrogada se lleva a cabo en un país con garantías, donde esté regulada y legalizada, no hay riesgos para las parejas, mujeres u hombres que llevan a cabo el proceso, ni para las gestantes, que cuentan con protección y apoyo en todo momento, e incluso llegar a crear lazos emocionales con las parejas a las que gestan.
Hace poco me comentaba una pareja que estaban ya organizando sus vacaciones de verano en California para pasar unos días con la gestante de sus hijos y su familia.
La mayoría de las familias mantienen el contacto, la relación y los niños conviven con sus orígenes de una forma inclusiva y normalizada más sana que, para muchos psicólogos, los que nacen por donación de gametos bajo el anonimato.
La Gestación Subrogada en países como Estados Unidos y Canadá está regulada y aceptada socialmente. No hay estigmas, es una forma más de tener un hijo.
En Estados Unidos, los derechos e intereses de las donantes y gestantes están protegidos por la Ley.
Las gestantes pasan estrictos procesos de selección que valoran su salud física y psicológica e incluso se les exige que demuestren que poseen recursos económicos suficientes para que la gestación por sustitución tenga como objeto el deseo altruista de ayudar a otras mujeres y parejas, y no el mero interés económico.
SCRC es una clínica de California que ayuda a parejas de todo el mundo a hacer realidad su sueño de ser padres, donde las gestantes y donantes de óvulos, que son dos mujeres diferentes, pasan sus pruebas pertinentes tanto médicas como psicológicas; además aceptan de forma voluntaria ayudar a otra familia y muchas de ellas establecen un estrecho vínculo emocional con la familia desde incluso antes de quedarse embarazada.
Confiemos que esa protección a estos menores llegue pronto y que con suerte no sea una protección que dependa de los vaivenes gubernamentales o económicos de nuestro país como ocurre con el derecho de mujeres sin pareja y pareja de mujeres que ven como la Sanidad Pública las acoge o las expulsa de sus sistema sanitarios en reproducción asistida, saltándose la Ley, según corra el viento.
Llegará sin duda el día en que dejaremos de hablar de Gestación Subrogada gracias a su normalización, y no debe quedar mucho, porque hay que ir dejando paso a la reproducción gracias a los trasplantes de úteros, los úteros artificiales o la reproducción gracias a las células madre que, sin duda, también dará mucho que hablar hasta que se normalice.