Dinero, poderoso señor Don Dinero. No hacemos nada sin él. Hoy en día ni siquiera podemos tener hijos si no tenemos dinero. Y no solo por el coste que supone un hijo, sino por el coste que para muchas personas supone quedarse embarazada.
Nuestra Sanidad Pública se ha desentendido del tema. La infertilidad no es un problema de salud, aunque aparentemente así figure y lo ha acotado tanto que solo unas pocas mujeres pueden llegar a conseguir un embarazo sin coste alguno, como ya hicimos referencia en otro artículo anterior.
Rosa Maestro @rmaestrom @Masola_Org
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Para muchas no queda otra opción que la sanidad privada, donde los precios que se oscilan no son asequibles para todas las familias… Desde 1.200 euros una inseminación artificial con donante, 5.000 euros una Fecundación in Vitro (FIV), 3.000 euros una ovodonación o los 8.000 euros de una donación de óvulos.
Estos son algunos de los testimonios que avalan lo mucho que se dejaron en el intento y logro de ser madres, y no solo emocional… En esta ocasión vamos a hablar de lo económico…
Si soy soltera, me lo tengo que pagar
“Buenas tardes, a mi me gustaría comentar algo que personalmente me parece súper injusto. En primer lugar, yo fui madre con 19 años y después de un embarazo evidentemente no buscado, ahora a los 30 quiero volver a ser madre soltera y la seguridad social no me cubre y ahora que soy de MUFACE tampoco. Si tuviera una pareja MASCULINA SÍ me cubriría…
¿Por qué?, ¿por qué las mujeres no podemos ser consideradas entes independientes con deseos que nada tengan que ver con un hombre?, ¿si no tengo pareja masculina mis impuestos de mujer no sirven para que yo quiera volver a ser madre? ….
Y de otro lado, si yo en este proceso que estoy llevando a cabo de pronto descubro que tengo un problema de fertilidad sobrevenido, tampoco me cubren nada, porque no tengo relaciones con coito vaginal demostrable (¿??) Pero si tuviese marido, aunque ya tuviese hijos, entonces sí.
Y es que esto va como el Guadiana, depende del Gobierno del país o del de la Comunidad que mujeres sin pareja o parejas de mujeres entren o no en estos tratamientos de reproducción asistida.
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En fin, que yo me lo voy a pagar porque tengo la posibilidad, pero la mujer que no tenga o no quiera….parece que le hacemos un gasto a la sociedad y es todo lo contrario, hacemos una inversión a esta sociedad tan enorme que nos tendrían que poner la alfombra roja al pasar”, nos dicen Lola.
“Para colmo, tampoco me cubre la medicación. Sin embargo tengo una compañera que sí tiene pareja y como en su provincia no hay clínica que la cubra el seguro ,y va a otra localidad le pagan las pruebas, los procedimientos, la medicación y la gasolina… !!!Sólo porque tiene novio!!!
Yo sé perfectamente que es la ley, el problema es que la ley es injusta y las leyes deben ser justas, no establecerse y quedarse hasta el fin de los tiempos. Y de otro lado, si tú eres madre y tienes otra pareja hombre, entonces sí te la hacen, …”, añade Patricia.
En ESPAÑA: sí a solteras y lesbianas
“En España en el caso de ser mujer sin pareja o pareja de mujeres, en estos momentos se ha regularizado y si te admiten, pero a veces es mejor, dependiendo de la edad, tirar por el camino más corto que es la Sanidad Privada. Te tienen varios años en espera, no estudian tu caso, te someten a una inseminación artificial, te dicen que no te has quedado embarazada y como tienes 39 años y nueve meses que fue mi caso, te dicen que ya no te pueden volver a hacer otro tratamiento porque pasarías de los 40 años que es lo que está establecido”, comenta Jimena.
Claro que, como en todo, luego cada Comunidad Autónoma campa a sus anchas, algunas de éstas aún hacen distinción alguna por estado civil ni orientación sexual.
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Marta afirma que en su caso le dijeron que “si tienes ya un hijo pero tienes problemas de fertilidad no te pagan nada. Pero si te echas otra pareja distinta al otro hijo sí. Muy injusto”
Laura nos comenta a su vez: “ Yo no hablo ni si quiera de condición sexual, sino de estado civil. Es decir, yo soy madre y no puedo volver a serlo si no es pagando. Por el contrario, si tengo una nueva pareja y él tiene un hijo SÍ cubre y si ambos tenemos…”
Pilar añade “Yo he tenido una infección por bacteria y ahora resulta que eso me ha podido producir una obstrucción de trompas, si ahora ya no me puedo quedar embarazada por medio natural, da igual, porque tampoco me cubre porque no hay hombre! Pero mi problema de fertilidad es el mismo con hombre que sin él! Y ahora me toca ponerme a pagar cantidades ingentes si quiero embarazarme.
Cierto es que el hecho de que en la vida te toque un problema de fertilidad puede suponer una diferencia entre 30.000, 50.000 y 80.000 euros tener un hijo. Muy injusto si uno depende de la naturaleza. Qué decir si se tiene que recurrir a la Gestación Subrogada en el extranjero, las cifras pueden alcanzar el volumen de 150.000 euros.
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Layla nos dice que su experiencia con Muface en tratamientos de fertilidad es lo peor del mundo. Te ponen mil pegas para al final y después de perder mucho tiempo importante para tu fertilidad, negarte el tratamiento. Yo siempre recomiendo que si se está en una edad crítica que no se pierdan esos años maravillosos en los que nuestros óvulos aún pueden estar en pleno funcionamiento.
Y que si después de unas pruebas nos dicen que son buenos, de buena calidad, que se vitrifiquen, por lo que pueda pasar en el futuro o por si nos planteamos tener más hijos. Para bien o para mal, la privada gana por goleadas en esto de la reproducción asistida a la pública. Una puerta que se te cierra, casi mejor que lo haga cuanto antes, porque te abre la puerta a muchas posibilidades de las que en la pública ni siquiera las contemplan o te hablan de ellas.
Como muchas mujeres asienten, al final todas pagamos impuestos y todas tenemos derecho a tener un hijo. Que la naturaleza se lo ponga más fácil a unos no tiene que ser un motivo de discriminación para otras que comienzan su familia con un -30.000, por poner un ejemplo, en el banco.
Ana aconseja a todas que no gasten fuerzas que irán a la basura aunque entiende la indignación de muchas porque ella también la sintió. No sirve de nada, al menos aún hoy en día y lo mejor es centrarse en lo que interesa ahora, en este momento, en el deseo de ser madre.
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Y de verdad, os vais a alegrar de haber tirado por la tangente o por el camino más caro a la larga. La lucha porque nos lo cubran a todas en la sanidad privada hay que dejarla para después de ser madres, para cuando tengamos más fuerzas y las emociones tranquilas.
Ahí es donde tenemos que entrar en plataformas, en asociaciones, en grupos de lucha en los que juntas logremos avanzar cada vez más. Como recientemente lo han hecho las Asociaciones de Familias Monoparentales, que después de años de lucha juntas han logrado que en comunidades como Madrid, Valencia o Zaragoza se haya reconocido el título de Familia Monoparental.
“Yo me gasté un dineral. Siete años de tratamientos y finalmente una inversión de 28.000 euros, más o menos… Sí, cumplí mi sueño. Soy madre. Pero no me puedo permitir el lujo de tener un segundo hijo. No a ese precio. Tengo muchos años por delante para pagar parte de esta deuda que aún mentengo”
Rosa le contesta a Carmen que está esperando a ser llamada por la Seguridad Social: “Aquí el tiempo es oro, y en la privada todo va al ritmo que tú quieras, merece la pena! ¿Sabes lo q es eso? Empezar el día que quieras, repetir cuando quieras, tener tú el control de tu tratamiento…y q esté abierta todos los días de la semana…
En la seguridad social todos son límites: edad, hijos que tienes, sexo, horarios, personal, presupuesto para pruebas….”, “Además en la privada están para atenderte, es lo que tiene pagar, puedes llamarles acualquier hora, consultar cualquier duda… ellos están ahí para atenderte”.
Valeria, desmiente a todas y dice que “habéis tenido muy mala experiencia en la Seguridad Social. Yo no puedo decir lo mismo, el equipo médico que me ha llevado se ha portado fenomenal conmigo, adaptándose un poco a mis horarios de trabajo siempre que se podía y conseguí quedarme embarazada con ellos”.
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Evidentemente como en todos los sitios profesionales buenos siempre hay y no cabe duda que en la sanidad pública los tienen. Posiblemente el problema radique más en las limitaciones y en los recortes presupuestarios, además de no dar la importancia que hay que dar desde su origen a la fertilidad femenina. Un tema carente de interés, de educación, de información y lo que es peor, de sensibilización.
Rocío dice que ella no puede decir lo mismo porque para empezar tenía que hacerse una prueba de cáncer de cérvix y le dieron cita para un año y medio después… Demasiado tiempo, demasiado tarde.
Encarna tenía un dinerillo ahorrado y entre seguro médico para poder tener descuentos ,tratamientos y medicación se gastó unos 12.000 euros. Cinco tratamientos y de ellos dos hijas preciosas. Mucho dinero, pero mis hijas lo valen.
María, como madre soltera y como en su comunidad no lo cubrían, tuvo que pagarlo absolutamente todo. Se gastó más de 40.000 euros. ¿Y cómo consiguió tanto dinero? Trabajando siete años fuera de su casa para gastarselo todo en los tratamientos. De hecho no pudo darle un hermano a su hija porque se quedó sin un céntimo y ahora, para más, se encuentra en paro.
Roberta, en torno a los 19.000 euros (que ahorró mes a mes para ello) más un seguro médico. Tres tratamientos y un hijo.
Manuela por ovodonación y primera transferencia 8900€, 2200€ por las siguientes transferencias y fueron dos más sin contar los hatching ni todas las pruebas que me hicieron por la mutua privada y ni la medicación. Total creo cerca de los 16000€. Tuvo la suerte que pude financiarlo con la clínica.
Isabel, por culpa de su doctora homófona “tuve que ir por privado. 6550 euros que financiado a tres años subió por los intereses a 9800. Este mes pago la última cuota (mi hija hizo dos años en diciembre). Por suerte me quedé a la primera (dos embriones de tres días). En noviembre me gasté unos 1.200 en la transferencia de los 2 congelados que me quedaban. Bioquímico. En principio el mes que viene haré un intento de ADE que será unos 2600 o así”.
Está claro y es evidente que muchos niños en lugar de con un brazo debajo del brazo, llegan con un préstamo debajo del brazo.
Todas hacen borrón y cuenta nueva, pero no olvidan la inmensa injusticia cuando se encuentran en el parque con otra madre que no tuvo problemas y que en verdad su hijo llego con un brazo debajo del brazo. No solo se encontraron con un problema de infertilidad o discriminación sino que les hicieron pagar por ello. Aun así, todas repetirían felicidad igual.